Jugar al fútbol se ha convertido en un deporte de riesgo, aunque la vida de los jugadores no corra peligro precisamente sobre el terreno de juego. Desafortunadamente en los últimos tiempos nos estamos acostumbrando a tener que ver cómo bandas organizadas realizan asaltos a las viviendas de las principales estrellas mundiales. En el caso de la Premier League, el último en sufrirlo fue el joven Dele Alli, que salió levemente herido de este susto.