Se gana y se pierde, se juega bien y mal, también regular; el FC Barcelona patentó el sábado último ante el Valencia una nueva formar de actuar: ridícula. Tuvo el 65% de posesión de balón, hizo cerca de mil pases, casi todos hacia atrás o a los costados, un modo no ya desabrido y timorato, sino absurdo de jugar, de este a oeste en lugar de sur a norte, tal corresponde.