Problemas hubo siempre. La huelga de futbolistas de 1975 es un capítulo sombrío. “La penuria económica no ha permitido a los directivos financiar a Barcelona, y varias obligaciones contraídas con los jugadores y técnico no han sido cubiertas en su totalidad”, dijo este Diario el 9 de abril de ese año sobre el origen del paro que terminó con la dimisión del presidente Mario Moncayo Merino.