Las últimas horas del año que se fueron ya y las primeras del que transcurre son apropiadas para hacer un recuento de lo vivido y de lo que esperamos vivir; de lo que nos pasó en los 365 días que fueron y lo que aspiramos que sean los 366 (año bisiesto) que vendrán. Nos resultó inevitable pensar en el fútbol que vivimos en el 2019 y en el que veremos en el 2020. ¿Existe alguna esperanza de que el campeonato nacional mejore en su nivel? Lo visto en el último certamen fue muy discreto en lo técnico. Escasas apariciones de futbolistas jóvenes asentados en la primera categoría y promesas que trajo la Selección sub-20, de las que se espera tengan suficientes oportunidades para consolidarse si los entrenadores y los dirigentes tienen la valentía para arriesgar fichas por la juventud.