Solo la conquista del título en la fase final del campeonato nacional podría borrar en algo el fracaso institucional de Barcelona durante la borrascosa administración de cuatro años del directorio encabezado por José Francisco Cevallos. Ya una vez hablamos del desastre que la politización y la incapacidad habían provocado en el club más popular del país. La respuesta del entonces precandidato a prefecto provincial fue declarar a este columnista “enemigo de Barcelona” en una rueda de prensa en la que expuso su egocentrismo, soberbia y falta de autocrítica.