Estamos observando a diario el estercolero en que se revuelcan algunos actores del deporte nacional, tan azotado por la vergüenza. Dos socios de hace cuatro años hoy se sacan los cueros al sol, después de despellejarse, acusándose de haber negociado con los colores que dijeron defender. En el 2015 los dos hablaron de desprendimiento y de filantropía y hoy se sabe que todo era cálculo mercantil que produjo cerca de un $ 1 millón. Los estatutos prohibían el comercio entre directivos, pero ellos estuvieron juntos por 38 meses. Hasta que el diablo metió la cola de la ambición y los socios se pelearon.