Esta columna no es parte sesgada de una campaña electoral. Para las elecciones de Liga Deportiva Estudiantil (LDE) hay una lista única, por tanto no estoy favoreciendo a nadie en particular. Eso no me impide confesar que veo con enorme entusiasmo la decisión de Álex Wiesner Flor de postularse a la presidencia de uno de los clubes de pasado más glorioso en la historia del deporte ecuatoriano en la hora más crítica de sus 97 años de existencia.