Polonia es desde ayer el lugar donde nació la gloria del fútbol ecuatoriano, huérfano de títulos de prestigio hasta que los integrantes de la Tricolor juvenil cambiaron la historia al coronarse campeones de Sudamérica en el torneo de Chile 2019. Pero los héroes que comandó el argentino Jorge Célico fueron más lejos en el Mundial Sub-20 de la FIFA e instalaron al balompié nacional como el tercero mejor del mundo en su división. Regresarán mañana, orgullosos, felices, con una medalla colgada en el cuello. Y aunque el metal sea el bronce, el valor de ese premio recibido tiene el mismo que el del oro.