No quiero verlo. No quiero verlo. Solo pido que acabe la tortura de la Liga porque no me concentro. Tengo que preparar unas palabras para la presentación de mi libro y me distraigo con la pesadilla del partido del domingo (caída blanca con Real Sociedad). Mi hija me pide ayuda en una traducción de inglés que le ha encargado una empresa y estoy ausente, alelado con la retahíla de malos partidos del Real Madrid.