Finalmente dejó de ser un partido de Champions para transformarse en uno de Liga Inglesa, con el reaseguro que ello significa: pueden ser buenos, regulares o malos, pero nunca el espectador se irá con las manos vacías. Habrá emoción, fragor, intensidad, búsqueda, deseo, intenciones. Es un hecho cultural del fútbol inglés, su tesoro. Y aunque sea una quimera, el menos poderoso también buscará la victoria.