Una cosa es hacerse expulsar en una situación de vida o muerte, deportivamente hablando, como hizo Luis Suárez cuando evitó la caída de su marco en el último minuto del alargue (120m) en los cuartos de final de la Copa Mundial del 2010 ante Ghana. Otra es dejar a su equipo con diez hombres apenas comenzado el primer partido del Mundial, como hizo el colombiano Carlos Sánchez el martes contra Japón.