Las redes sociales, ese canal que puede ser tan útil como enervante, que muchas veces consigue mostrar el costado menos agradable de los seres humanos, han introducido en la vida diaria una modalidad nueva: la de los sabelotodos. Sujetos abarcativos que opinan con seguridad de tantos temas: en especial de política y de fútbol (“de fútbol y de medicina, todo el mundo opina”). En los últimos días supe de muchos de ellos a raíz de una columna que escribí sobre el Mundial 1978, en específico sobre la goleada de 6-0 de Argentina a Perú.