“No vamos a defender lo inexcusable”. Más allá de ser dicho enunciado un criterio compartido por quienes rechazan –realmente, y con acciones– la violencia y demás situaciones arcaicas en el fútbol nacional, se trata de la postura de Miguel Almeida, presidente de Universidad Católica. La dijo luego de que un DT de divisiones formativas camarata agredió a un árbitro durante un partido.