El sueño de ser futbolista profesional llevó a Wagner Valencia a dejar su trabajo de mecánico e iniciar en su pasión. Corría el 2005. Tenía 17 años. Con esa decisión llegaron las penurias. No ganaba dinero y las exigencias apretaban. Hoy, luego de trece calendarios, destaca con la camiseta de Aucas, donde lo han bautizado como Látigo, por su rapidez y goles.