Lo de Ariel Nahuelpán es una carga anímica excesiva. Tras la salida de Jonatan Álvez, él quedó bajo la responsabilidad de ser el goleador de Barcelona. Desde el punto de vista emocional –el fútbol es un deporte emotivo, de momentos– a Nahuelpán le está pesando esa mochila muy muy grande. Ahora, desde lo futbolístico, cobrar penales requiere de una técnica estupenda; hay maneras de patearlos. Ante Técnico Universitario, Nahuelpán se para mal, sobre todo en el primero. Es muy avisado. Sí hubo un relajamiento excesivo en esa ejecución.