Eran jóvenes, hábiles, de juego irreverente. Los bautizaron como Los Carasucias. Fue en el Sudamericano de Lima de 1957. Debutaron goleando 8-2 a Colombia; luego hilvanaron otras cuatro actuaciones de ensueño: 3-0 a Ecuador, 4-0 a Uruguay, 6-2 a Chile, 3-0 a un Brasil que al año siguiente sería rotundo campeón mundial en Suecia. Corbatta, Maschio, Angelillo, Sívori y Cruz, la delantera que quedó grabada en la memoria colectiva.