José Pekerman carraspeó y se pidió un cafecito, Tite una caipirinha, Ricardo Gareca un pisquito y el Maestro Tabárez champán… Estaban satisfechos, distendidos, no digamos felices. Los que salieron apretando muelas y con mal sabor de boca fueron Jorge Sampaoli y Juan Carlos Osorio. Cuando llegaron al bar del Kremlim ya estaba cerrado. Deberán caminar descalzos por un sendero de brasas. Les tocaron, posiblemente, los dos grupos más cruentos del Mundial. En el caso de Osorio (México) no solo se las verá con Corea del Sur y Suecia, dos incordios, sino que además debutará contra Alemania, un estreno que, o es para la historia, o te deja fuera de carrera. Con un antecedente negro: el pasado 29 de junio, por la semifinal de la Copa Confederaciones, Alemania goleó 4-1 a México con amplia superioridad. Lo arrasó. Puede haber un complejo allí…