Fue una pésima sorpresa: Johan Cruyff ha muerto con 68 años. La noticia de su enfermedad era conocida, pero no se esperaba un desenlace tan rápido. No me atrevo a decir que brusco, eso lo sabrán quienes controlaban su enfermedad. Aunque deja mucho para el fútbol, como jugador primero (uno de los grandes), y como entrenador después (otro de los grandes, quizá el único en ser grande en las dos tareas), su edad permitía esperar de él más lecciones.