Se habían cumplido casi tres meses desde que Juan Toala Guamán, de 22 años, saliera de Illahua Chico, en la zona alta de la parroquia Quisapincha, noroccidente de Ambato. Se marchó el pasado 9 de enero hacia Estados Unidos. Pero desapareció cuando intentó cruzar el río en la frontera con México.

Por eso el pasado jueves, en medio del dolor de sus padres, hermanas, otros parientes y vecinos, se realizó el entierro simbólico de un cofre mortuorio que solo tenía fotografías y algunos recuerdos de él.

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Su padre, que lleva el mismo nombre, lamentó que, a pesar de los esfuerzos de la familia y de los dirigentes de la comunidad para que –a través de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami)– se busque y se localice el cuerpo, “o por lo menos los huesitos”, del único varón de los cinco que tuvo junto con María Guamán, no haya habido ningún resultado halagador.

Comentó que por esa razón entre los familiares decidieron darle el último adiós en el cementerio comunal. Pese a ese acto, el cuñado del joven, Manuel Toala, aseguró que estarán pendientes de cualquier comunicación de la Senami en caso de que en algún momento se logre encontrar el cadáver de Juan. “No queremos que sigan mis suegros con este dolor que existe en la casa por no saber qué pasó con su hijo”, dijo.

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Todos, incluso el pastor José Maiza, quien realizó la oración por el alma de Toala Guamán, lo recordaron como un joven tranquilo, que con el trabajo como albañil siempre estuvo pendiente de sus parientes.

“Por esa razón él había decidido irse a Estados Unidos. A su papá le había dicho que con el dinero que gane le iba a construir una casa y a comprar un carro; y que no esté triste porque se iba”, contó el cuñado.

Por otra parte, Juan Toala Chachipanta, dirigente del sector, aseguró que el joven, como otras personas de la comunidad y de la parroquia que deciden irse a los Estados Unidos, lo hizo con la ayuda de coyoteros, al explicar que por el viaje la familia tenía que pagar $ 9.000, pero que se lo iba haciendo según avanzaba en el trayecto; incluso se conoció que ya habrían dado dos cuotas: la primera era de $ 2.500 por haber llegado a Guatemala; y $ 1.000 al conocer que estaba en México.

También contó que un supuesto coyotero se comunicó con la familia para darles la noticia de que Toala Guamán había desaparecido en el río mientras intentaba cruzar hacia los Estados Unidos. Por esa razón se comprometió a devolverles los $ 3.500 que habían entregado, y que así lo hizo; dinero que lo habrían obtenido a través de un préstamo y que les sirvió para pagar esa deuda.

Manifestó también que como dirigente está empeñado en informar, principalmente entre la juventud, “que no se dejen ilusionar por los coyoteros, que sabemos que son de la zona del austro, que les dicen que en los Estados Unidos van a ganar bastante dinero para comprarse casas y carros”, expresó.

Además afirmó que de las comunidades que están ubicadas en la parte alta de Quisapincha, por lo menos diez jóvenes habrían viajado en anteriores ocasiones con este sistema.

En las zonas de El Galpón, Illagua Grande, Illagua Chico, Calhuasig Grande, Tondolique y Chaupiloma existen alrededor de 1.200 familias, de las cuales al menos un familiar se ha marchado a algún país de Europa o a los Estados Unidos.

Otras víctimas

Elvia Pasochoa y Magdalena Tipantaci, originarios de la comuna de El Galpón en Tungurahua, estuvieron entre las 72 víctimas que en agosto del 2010 fueron masacradas en Tamaulipas, México. Esa comuna está cercana a Illagua Chico, donde residía Juan Toala Guamán.

No hay cifras

En Ecuador no existen cifras exactas de cuántos migrantes han perecido en la frontera entre México y Estados Unidos; tampoco se conoce con precisión cuántos ecuatorianos permanecen en las cárceles de esa zona por haber sido detenidos en su intento por cruzar la frontera.

Por este motivo los dirigentes de la zona insisten en un pedido al Gobierno Nacional, que promueva actividades productivas para que los jóvenes tengan suficientes fuentes de trabajo y no se vean tentados a emigrar y poner en riesgo su vida.