Si bien la fanesca es el plato que este Viernes Santo se degusta en la mayoría de hogares ecuatorianos, en cada zona con un toque local, la gastronomía de esta fecha es variada, sobre todo en Manabí y en sectores de la Sierra y el Oriente.

La lista de bocados es larga. El viche, por ejemplo, es una especie de pariente de la fanesca y se lo prepara por excelencia en la zona norte de Manabí. Es una sopa que contiene como ingrediente primordial el maní, con yuca cortada en rodajas, tajadas o cubos, choclo, zanahoria, plátano maduro, achocha, pepino, camote, haba, zapallo y mariscos como el camarón, pescado o cangrejo de río, que es conocido como guariche.

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En esta provincia se sirve además suero blanco y, como en otras de la Costa, picante de yuca o papa con pescado, sardina, atún, yapingacho, torta de choclo, empanadas con queso, torta de yuca, natilla, ensaladas de habas y fréjol, menestras de fréjol verde, ceviches de pescado, camarón, concha, cangrejo, ensaladas, maní verde en grano, colorado de mariscos, arroz con leche, coladas de maduro, dulces y verde y maduro asado.

En la Sierra, la fanesca, sopa de granos con pescado, es el plato fundamental, pero se lo acompaña con el dulce de higo y queso. En Ambato, por ejemplo, Mercedes Córdova tiene un puesto de venta en la avenida 12 de Noviembre y Quito. Dice que el consumo de higos, con queso o en sánduche es masivo.

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“Muchas familias prefieren venir a comprarme, porque dicen que es muy duro cocinar”, refiere la vendedora.

En Ibarra es una tradición, en cambio, la preparación del molo, un plato elaborado con papas cocinadas y hechas puré que se sirven con queso y ensaladas, pero nada de carnes.

En esta región también se ofrece arroz con leche, dulce de higos, empanadas de viento, quimbolitos, entre otros.