Freddy Macas
CAMILO PONCE ENRÍQUEZ, Azuay.- Las muertes de los mineros José Félix Suquilanda Saraguro (ecuatoriano) y Ervin Nelson Neyra Neyra (peruano), ocurridas el pasado sábado en la mina La Roma, de Bella Rica, en el cantón azuayo Ponce Enríquez, motivó una indagación previa de la Fiscalía. Además, sirvió para, una vez más, reflejar las condiciones de inseguridad y de supuesta explotación laboral en el trabajo minero.
La investigación la adelanta la Fiscalía 6 del Azuay, que hasta la tarde del pasado martes no contaba con el informe (de las autopsias) del médico legista Octavio Freire que las realizó en los exteriores de la mina.
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El fiscal Wilson Landívar Lalvay sostuvo que tiene pendiente realizar varias diligencias en el sector del accidente.
Ayer, unos amigos de Suquilanda, minero fallecido, comentaron que la muerte era muy confusa. “Lo conocí hace poco porque era lojano y trabajaba en La Roma, pero nadie nos ha dicho cómo sucedió el accidente”, dijo Luis Cabrera, oriundo de la ciudad de Loja.
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La mina fue suspendida por la Agencia de Regulación y Control Minero del Azuay desde el lunes pasado y los socios no se han pronunciado para aclarar la muerte de sus obreros.
Cabrera indicó que en esta zona el trabajo minero es de mucho riesgo.
“Trabajamos 22 días y nos dan 8 días de vacaciones con un sueldo de 550 dólares, eso alcanza para mantener a la familia, pero cada día vivimos en riesgo por los accidentes”, refirió Walter Malla, obrero.
En el sector hay cientos de peruanos, quienes denunciaron, sin identificarse, que no reciben la remuneración básica.