Una vez escribí sobre Hildegarda von Bingen, aquí en este espacio dedicado a la nutrición, y una lectora de nombre Anne, que conocía, me escribió un e-mail contándome sobre su interés en la herbolaria. ¿Dónde leíste sobre ella?, me preguntó.

El libro que me introdujo a Hidelgarda, Las buenas hierbas, cuenta con un pequeño apartado en el que menciona el uso de la lavanda como tónico desintoxicante para el hígado. Esa información la extraí para utilizarla en la columna.

Publicidad

No sin embargo, fallaba el libro en mencionar la calidad de santa de la herbolaria, quien hace unos pocos días celebró su primer aniversario como Doctora de la Iglesia, tras haber sido reconocida por Benedicto XVI.

La extensa documentación que dejó esta mujer en temas de medicina y herbolaria incluyen el uso del llantén para relajar la mente, el trigo para recuperar la fuerza y la avena para los nervios. Sin duda, Anne me enviará otro e-mail y se alegrará de recibir más información sobre Hildegarda.

Publicidad