Su ropa ahora es más casual. Sin saco ni corbata llega el martes a la sede de la llamada Fundación del Barrio, en el norte de Guayaquil. Acomoda su iPad, pide un café y, cuando se le pregunta por las fotografías que exhibe en una pared, en las que aparece con campesinos, indígenas, niños o pequeños comerciantes, empieza a hablar de él mismo, en tercera persona. “Digamos que Guillermo Lasso es un ser humano que recorre el Ecuador. Ya no lo diferenciemos entre una y otra etapa. Llevo tres años recorriendo el Ecuador”.