AGENCIAS WASHINGTON
.- El gobierno de Barack Obama acusó ayer al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, de hacer “afirmaciones disparatadas” sobre una presunta persecución de parte de Estados Unidos para desviar la atención de las denuncias de agresión sexual que enfrenta en Suecia.

El Departamento de Estado dijo que el caso de Assange no tiene nada que ver con EE.UU. ni con la publicación de secretos estadounidenses en WikiLeaks y que solo es un asunto que incumbe a Gran Bretaña, Suecia y Ecuador.

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El australiano, de 41 años, está hospedado en la Embajada ecuatoriana en Londres desde el 19 de junio pasado; el viernes anterior, Ecuador le concedió el asilo político.

La portavoz Victoria Nuland también reprochó a Ecuador que le haya otorgado asilo a Assange para impedir cualquier posible juicio de su país contra el fundador de WikiLeaks.

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Nuland señaló que el intento por parte de Quito de que la Organización de Estados Americanos (OEA) examine el caso es meramente un “espectáculo secundario”, aunque el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño expresó que es indispensable que dicho grupo “reaccione” y “reivindique a un país que está siendo amenazado”.

La cita de los cancilleres de los países miembros de la OEA está prevista para el viernes siguiente, en Washington.

“Assange está efectuando todo tipo de afirmaciones disparatadas sobre nosotros (Estados Unidos) cuando, de hecho, su situación con el gobierno de Gran Bretaña se relaciona a si enfrentará a la justicia en Suecia por algo ajeno a WikiLeaks”, expresó Nuland a la prensa.

“Evidentemente, (Assange) intenta desviar la atención del verdadero problema, que es la posibilidad de que afronte juicio en Suecia”, apuntó.

En un discurso desde la Embajada ecuatoriana en Londres, el pasado domingo, Assange se declaró víctima de una presunta “cacería de brujas” de EE. UU. y le pidió al presidente Obama que termine con ella.

“Estados Unidos debe comprometerse a que no intentará enjuiciar a nuestro personal o a nuestros partidarios”, señaló Assange, en referencia específica al soldado estadounidense Bradley Manning, quien aguarda juicio en torno al escándalo por los documentos que difundió WikiLeaks.

Assange no mencionó el caso en su contra en Suecia por el cual afronta la extradición para que responda a un interrogatorio sobre las denuncias de que supuestamente agredió sexualmente a dos mujeres.

Según Assange y sus partidarios, Suecia no es más que el primer eslabón de un plan que ha preparado Washington para enjuiciarlo en ese país. Estados Unidos y Suecia rechazan las afirmaciones en este sentido.

Para analistas locales, Assange violó todos los convenios internaciones sobre asilo político al efectuar esas declaraciones desde el balcón de la Embajada de Ecuador en Londres.

Tanto el excanciller Antonio Parra Gil como el exsubsecretario de Relaciones Exteriores, Carlos Estarellas, coinciden en que ese hecho puede generarle al Ecuador problemas diplomáticos con las naciones involucradas en el tema.

Estarellas señaló que el Ecuador es signatario de los acuerdos sobre asilo suscritos en la Sexta Conferencia Internacional Americana (La Habana, 1928), la Séptima Conferencia Americana (Montevideo, 1933) y la Décima Conferencia Internacional Americana (o Convención sobre Asilo Diplomático de Caracas, 1954).

Todos ellos prohíben al asilado efectuar declaraciones para atacar a algún gobierno o a sus políticas internas.

Cuando algún país se siente ofendido, puede reclamar por la vía diplomática para impedir que prosigan los pronunciamientos públicos en ese sentido por parte del refugiado.

En el caso de Assange, Estados Unidos podría quejarse ante Reino Unido por las críticas hacia su presidente; y esta última nación, a su vez, transmitir la protesta a Ecuador.

Estarellas recordó que Ecuador recurrió a ese mecanismo recientemente cuando el exmandatario Abdalá Bucaram Ortiz, asilado en Panamá desde 1997, criticó al presidente Rafael Correa por no cumplir el supuesto acuerdo para que el primero retorne al país.

La Cancillería ecuatoriana pidió a la panameña que exhortara a Bucaram, a través de un comunicado, a que dejara de hablar de política.

Parra Gil señaló que si Assange continúa dando entrevistas o expresándose públicamente sin que Ecuador lo limite, Reino Unido podría tomar medidas de represalias, como el bloqueo del intercambio comercial hasta la ruptura de las relaciones bilaterales.