Mañana se celebra en Ecuador el Día de las Madres. Homenajes, shows y otras actividades surgen en su honor. Pero además de las mamás humanas, están las de otras especies. Aunque ellas no tienen un día oficial de conmemoración, también cumplen su rol materno.

El veterinario Darwin Vargas expone que la labor de las madres en la naturaleza es ocuparse de la crianza y mantener los ejemplares, aunque reconoce que hay excepciones.

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La gata da el calor materno a sus crías para evitar la hipotermia. “Es la encargada de desarrollar las actitudes de defensa y de cacería”, indica Vargas. Su instinto felino la lleva también a convertirse, si es necesario, en madre nodriza. “Si una madre fallece durante el parto, por un accidente, o por ‘x’ razón y hay otra gatita, esta entra en celo, en un proceso de pseudopreñez”, señala el veterinario. De esta forma el animal produce leche y puede mantener a las crías adoptadas.

Al igual que las gatas, las perras también tienen ese instinto de madres nodrizas o sustitutas. El veterinario Andrés Jouvín señala que si bien la perra protege a sus cachorros, podría cuidar de otros que se han quedado sin su mamá. Sin embargo, recalca que si se da este caso es aconsejable que los dueños “ensucien” a los perritos huérfanos de los residuos de los otros canes, para que la madre sustituta los reconozca como suyos.

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Las perras, agrega Jouvín, lamen continuamente a sus crías y esto las estimula fisiológicamente. El instinto de ellas como el de las felinas las lleva a velar por los hijos más fuertes, y apartar a los débiles o enfermos, coinciden los expertos. Pero esto se da no porque ellas sean ‘malvadas’, sino por su instinto de conservación, asegura la veterinaria Pamela Sánchez. Añade que estas especies eran silvestres antes de ser domesticadas y, por ende, persiste el hecho de cuidar al más fuerte. Las conejas y hámsters, especies que son muy acogidas en la ciudad, también cumplen un buen rol materno, expresa Sánchez.

Otras mamás del reino animal son las koalas, por ejemplo. Ellas mantienen en su bolsa a sus crías por seis meses, antes de que sus pequeños se enfrenten al mundo. Las orangutanes se destacan por su gran sentido de protección y ‘engríen’ a sus bebés, incluso hasta después de cinco años o más.

En el caso de las pandas, ellas también eligen a su cría más fuerte para darle la mayor atención. El mar es otro espacio que acoge a muchas mamás. Entre ellas la orca, quien da de lactar a su cría por casi un año, nada a su lado para que ambas se integren al grupo y para dirigir los movimientos de su retoño.

Sánchez manifiesta que no hay marcadas diferencias entre las madres humanas y las de otras especies, pues en varios casos están dispuestas hasta a dar la vida por sus hijos. Tienen acentuado ese amor, subraya.

Hay muchas madres más en la naturaleza, cada una con sus características y peculiaridades. Feliz día a ellas también.