EFE-REUTERS-AFP
ATENAS.- Unas 20.000 personas se manifestaron ayer con motivo de una nueva huelga general por las calles del centro de Atenas, donde algunos participantes se enfrentaron a la policía, que reaccionó con el uso de gases lacrimógenos e hizo varias detenciones.

Los principales sindicatos del país habían convocado para una huelga de 24 horas en protesta contra los recortes en sueldos y pensiones, el aumento de impuestos y los despidos que no logran alejar al país de la posible bancarrota.

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El paro laboral suspendió los servicios públicos y la actividad económica de la capital. Los hospitales tuvieron que funcionar con personal de emergencia y algunas escuelas públicas estaban cerradas.

Los trenes fueron interrumpidos y en el aeropuerto de Atenas se cancelaron más de 400 vuelos nacionales e internacionales. La Acrópolis y los principales museos también estaban sin funcionar.

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A pesar de las nuevas medidas exigidas por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, el Gobierno salió a admitir esta semana que no llegará a su meta para este año por casi $ 2.700 millones, alterando los mercados globales.

"Queremos que se vaya este Gobierno. Nos engañó. Prometió gravar a los ricos y ayudar a los pobres, pero no lo hizo", dijo Sotiris Pelekanos, un ingeniero de 39 años que se sumó a la manifestación en Atenas.

Al mediodía se hicieron dos manifestaciones separadas convocadas por los sindicatos mayoritarios, al final de las cuales hubo algunos incidentes violentos cuando parte de los participantes arrojó piedras y artefactos incendiarios contra las brigadas antidisturbios en los entornos de la céntrica plaza Sindagma.

Otros que protestaban frente al Parlamento con banderas negras y carteles contra la crisis y un desempleo por encima del 16% dijeron que temen que lo peor esté por llegar.

"Solo podemos gritar y resistir e incluso eso parece difícil ahora", dijo el profesor de 60 años Costas Stylianou, que protestaba con su esposa. "No hay forma de que nos saquen de esta crisis, solo nos están hundiendo más en ella", añadió.

Incidentes también se dieron en las afueras de la Universidad de Atenas, cuando unas 500 personas que protestaban contra las reformas educativas, se enfrentaron a la policía.

También miles de funcionarios protestaron por los despidos de unos 30.000 empleados en los próximos tres meses.

La confederación de trabajadores, que representa al sector privado (GSEE), aseguró que el ausentismo laboral por las protestas "rozó en muchos sectores el 90%".

Añadió que "los manifestantes lanzaron un mensaje fuerte de protesta contra las políticas del Gobierno y el chantaje de la troika (los acreedores internacionales de Grecia)".

El GSEE y los sindicatos de funcionarios públicos Adedy convocaron a una nueva huelga general de 24 horas para el próximo 19 de octubre.

En tanto, Europa trataba de acelerar el paso para apagar el fuego en el sector bancario. La perspectiva de una participación mayor de lo previsto de los bancos en el plan de ayuda a Grecia fragiliza al conjunto del sector bancario europeo.

El desmoronamiento del banco francobelga Dexia, primera víctima de la crisis de la deuda en Europa, ha acelerado los planes de Bruselas para recapitalizar a los bancos, muy expuestos a la deuda griega.

Los clientes de Dexia Bélgica retiraron $ 405 millones de sus cuentas, afirmó el periódico belga neerlandés De Tijd.

El Banco Nacional de Bélgica (BNB) se vio forzado a garantizar a los clientes de Dexia que sus ahorros "estaban perfectamente asegurados" y que no había "ninguna razón para que los clientes efectuaran retiros".