El torneo internacional de béisbol infantil, que por sexta ocasión efectúa el colegio Americano (Guayaquil), tuvo su inicio en el 2005. Es un esfuerzo que demanda mucha dedicación, planificación y sacrificios.
El espíritu de estos campeonatos es el intercambio cultural, en razón de que los deportistas se hospedan en casas de familias ecuatorianas. En estas edades no es muy recomendable alojar a los pequeños beisbolistas en las frías habitaciones de los hoteles. Es mejor recibir el cariño, afecto y las consideraciones de las familias ecuatorianas. Además, las amistades del deporte son más permanentes y duraderas.
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Un total de 28 novenas, entre ellas los Astros, de Colombia; Blue Sox, de Panamá; e Hiroshima, de Perú, y todos los clubes infantiles que representan a Ecuador, participan en el certamen distribuidas en tres distintas categorías.
Esta sexta edición tuvo como número central el reconocimiento público al dirigente Homero León, homenaje al que debieron adherirse las organizaciones por las cuales pasó.
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Homero León llegó al béisbol de la mano de sus hijos José Luis, Patricio y Orlando a la Liga del Sur, donde debutaron en el equipo llamado Pradera.
“Cuando concluyeron los torneos y les dije que ya no había presupuesto se refugiaron en un equipo denominado Astros, para jugar en la Liga Miraflores. Con el paso del tiempo, junto con el doctor Roberto Blum, formaron el club Yankees, con el que también llegaron a la liga miraflorina en donde pasó a colaborar durante nueve años”, dijo León en una parte de su intervención.
El homenajeado también fue parte de la Asociación Provincial de Béisbol (de Guayas) en el periodo que lideró el doctor Gustavo Cornejo Montalvo, por un lustro. Por su dedicación y seriedad fue designado tesorero de la Federación Ecuatoriana de Béisbol, cargo que desempeñó por espacio de seis años.
Ahora, ya retirado de la dirigencia y de los organismos deportivos oficiales, León disfruta viendo jugar a su nieto, aunque dijo en frases muy emocionadas en la ceremonia de apertura del torneo internacional: ”Aún me quedan fuerzas y ganas para seguir apoyando al béisbol, especialmente el infantil”.
Don Homero es un hombre tranquilo y de hablar pausado. Sin egoísmos, sin poses estridentes ni polémicas. Se hace escuchar sin necesidad de gritar y no toma posiciones extremas.
Llegó al béisbol para quedarse de la mano de sus hijos.
La apertura del torneo internacional del colegio Americano fue una fiesta en donde salieron ganando la amistad, la solidaridad, la hermandad y gratitud latinoamericana, unida por la práctica sana del deporte, como es el béisbol infantil.