El sacerdote Ricardo del Campo dice que el conflicto surge por un núcleo de padres en desobediencia con las órdenes del Vaticano, que no aceptan a una nueva orden en la administración del Vicariato, que asegura no va a detener los proyectos que han impulsado los padres Carmelitas, sus antecesores.

Dice que promueven la rebeldía de ciertas comunidades y que ellos han enviado informes de la situación. Alega que esos padres no están en comunión con Dios y que se exponen a sanciones eclesiásticas.

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Garantiza que las labores sociales que impulsaron los padres Carmelitas Descalzos continúan, aunque aclara que hay algunos que ya estaban debilitados en la otra administración, como radio Sucumbíos, donde el déficit presupuestario ha obligado a despedir a 17 empleados para reemplazarlos por voluntarios.