La reciente semana en el fútbol ecuatoriano estuvo pródiga en partidos. Barcelona perdió con D. Quito, el domingo pasado, básicamente por la mejor y única gran jugada del encuentro que la ejecutó Santiago Morales, un excelente centrocampista que poco ha sido tomado en cuenta en su trayectoria para la selección nacional.
De ese zapatazo del minuto 17 hasta el final de juego hubo un fútbol sin sorpresas, excepto una entrada torera donde Iván Borghello falló increíblemente su remate frente al arco, pero en cambio le gusta andar por los suelos cuando medio lo tocan los adversarios, queriendo impresionar a rivales, árbitros y compañeros. En términos generales, Barcelona fue ligeramente más equipo y fue su mejor actuación, siempre ascendente, en la era de Álex Aguinaga, y eso que los chullas están en el tercer lugar de la tabla.
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Lo mismo le pasó a Iván Borghello el miércoles en Machala, al suelo y nada. Por otra parte, ¿jugó Rodrigo Marangoni?... Ni en Quito ni en Machala. Barcelona, en la capital orense, se acomodó al tránsito burocrático de la Liga lojana, que no es pan de entrega, y empató.
Los toreros tienen la buena oportunidad de sacarle puntos al penúltimo en la tabla (por gol diferencia –11), Espoli, al que tienen que visitar. Los amarillos son más equipo, pero... opciones que se pierden como las del miércoles no se recuperan.
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Ese domingo 24 de abril Emelec empató con El Nacional en un duro partido en Portoviejo. A los rivales hay que mirarlos siempre cuando juegan ante otros equipos. El Nacional venía de ganador, pero lo importante básicamente es un conjunto de jóvenes que piden cancha y tiempo, y allí nadie puede ceder dar espacio porque normalmente es aprovechado.
Cuando Omar Asad pasó de línea de cuatro en la defensa, sacando a Carlos Quiñónez para poner línea de tres, mientras los defensores eléctricos trataban de ordenarse, le dieron espacio en tres momentos consecutivos al rival: en el primero, desde la raya de las 18 yardas fue un disparo sin marca que el delantero envió sobre el horizontal eléctrico; el segundo fue un mano a mano de Marvin Pita y que Javier Klimowicz atajó a boca de jarro; y el tercero, el gol de Vélez que dribló en el área.
El miércoles 27 de abril, en Manta, los azules pudieron anotar con Cristian Menéndez, otra vez con Giménez, que casi rompe el horizontal, y la de Marcos Caicedo. El gol que reclamó en el descuento Emelec fue legítimo. Una y otra vez Ecuavisa repitió la jugada, y el golero Bonard García jamás fue tocado por los azules, salió alocado y cayó en medio de sus rojos defensores. Esos errores arbitrales son a doble filo: perjudican al uno y benefician al otro. Así es don Carlos Vera.
Emelec se pasa deshojando margaritas, a veces sí, a veces no. Hay que hablar claramente, ni Cristian Menéndez ni Eial Strahman solucionan nada. Como dice el gordo Asad, que sí fue un buen delantero, las fallas de ataque de los azules no es cuestión de habilidad, dribling o velocidad, sino de apuntar mejor. Exacto.
Mañana, los eléctricos recibirán a Liga de Quito nada menos. Desde ya un partidazo para que la gente asista y los apoye. Y sus ataques fructifiquen. Los toreros deberían ganar al Espoli. ¿Podrán?
Los consuelos siempre son consuelos pero nada más que eso, alivian pero no componen.
PD.: El aficionado Juan Garcés tiene razón. En mi articulo del sábado 13 dije que Barcelona tiene 15 unidades cuando lo correcto eran 18.