EFE-AFP
TOKIO.- Unas 17.000 personas protestaron ayer en Tokio contra las centrales nucleares al grito de "No necesitamos Fukushima", en referencia a la crisis atómica que desató el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo en Japón.

Los manifestantes se desplegaron en varias zonas de la capital japonesa, entre ellas la sede de Tokyo Electric Power (Tepco), operadora de la central nuclear de Fukushima Daiichi, que tiene serios problemas en cuatro de sus seis reactores y emite radiación.

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La marcha fue convocada por internet con el objetivo de protestar contra la energía nuclear en un ambiente festivo, aunque acompañados de un cordón policial. Los manifestantes gritaron consignas para exigir el cierre de la central Fukushima y a favor de energías alternativas.

El terremoto de 9 grados del 11 de marzo, del que hoy se cumple un mes, destrozó por la fuerza del tsunami posterior los generadores de energía que refrigeraban los reactores de Fukushima, lo que provocó varias explosiones y emisiones de radiactividad.

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Mientras, el primer ministro japonés Naoto Kan prometió ayer ayudar a los damnificados del noreste del país que lo perdieron todo por el sismo y posterior tsunami afirmando en una visita al devastado puerto de Ishinomaki, que "no los abandonaremos".

Olas de más de 10 metros destruyeron las instalaciones portuarias y las embarcaciones en toda la costa de la región de Tohoku sobre el Pacífico (noreste), condenando al desempleo durante varios meses a miles de pescadores.

"El gobierno trabajará con todas sus fuerzas con ustedes", prometió Kan en una radio.

El alcalde, Hiroshi Kameyama, pidió la construcción "lo antes posible" de unas 70 mil casas temporales para unas "17.000 personas" que continúan viviendo en los refugios.

De los 163.000 habitantes que tenía la ciudad antes de la catástrofe, 2.653 murieron y 2.770 desaparecieron, según el último balance provisorio.

Ahora que las familias de unos 28.000 muertos y desaparecidos observaron un periodo de duelo de un mes, el gobierno considera que ha llegado la hora de la reconstrucción.