Fue el 21 de marzo, días antes de que se inicie oficialmente la campaña electoral por el referéndum y la consulta popular del próximo 7 de mayo que se creó el denominado Colectivo de Organizaciones y Movimientos Sociales por el Sí y el Buen Vivir.
¿Su objetivo? “Apoyar al presidente (Rafael) Correa como proponente de la consulta”; ¿su misión? “Conformar burós de campaña e iniciar una etapa de socialización del contenido de las preguntas en foros y debates”. Se acordó así durante un almuerzo con dirigentes de agrupaciones sociales efectuado en el hotel Quito, al que asistió el mandatario, la ministra coordinadora de la Política (MCP), Doris Soliz; el presidente de la Asamblea, Fernando Cordero; y otros secretarios de Estado.
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De las 28 organizaciones registradas en el Consejo Nacional Electoral (CNE) para hacer propaganda a favor del Sí, 21 integran, hasta el momento, ese colectivo y entre ellas están: sindicatos de trabajadores del sector eléctrico, de telecomunicaciones, salud y educación, que albergan a unos 40.000 empleados públicos. Por el No, en cambio, figuran 17 organizaciones representadas por partidos políticos tradicionales y otros grupos de oposición que prefieren desmarcarse de la llamada partidocracia; y aparte están otras 14 agrupaciones que apoyan ciertas preguntas.
La gran maquinaria a favor del Sí tiene otro aliado: un mensaje central que se unifica desde el oficialismo. Muestra de aquello es que, el pasado jueves, representantes de estas organizaciones recibieron charlas sobre las diez preguntas de la consulta en el edificio donde funciona la Coordinación de Actores Sociales y Políticos del MCP, en el centro histórico de Quito.
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En ese lugar, José Agualsaca, de la Confederación de Pueblos y Organizaciones Indígenas Campesinas del Ecuador, dijo que lo convocaron para analizar el contenido de las preguntas. Más tarde Guillermo Zambrano, de la Corporación de Reyes Latinos y Reinas Latinas del Ecuador (antes Latin Kings), explicó que recibieron orientación sobre la promoción del Sí, mensajes, vallas y spots a emplear.
A la cita también se convocó a Oswaldo Chica, secretario del Comité de Empresa de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT), quien un día antes había explicado a este Diario que como estrategia su grupo dará charlas a sus compañeros sobre la consulta. La CNT cuenta con 6.118 trabajadores y, según Chica, tienen como ventaja su contacto directo con los abonados, por lo que no se descarta “hacer campaña puerta a puerta, sin necesidad de salir del horario de trabajo, por ejemplo, al instalar una línea”, refirió.
También Richard Gómez, de la Federación Unitaria de Trabajadores de la Industria Eléctrica, habla de sumar a los trabajadores en el proceso y no descartó que se les pueda solicitar “un aporte voluntario” de recursos para la confección de camisetas “Ya lo hicimos antes, en el 2007”, indica.
Nueve días han transcurrido de la campaña electoral y desde otras agrupaciones surgen planes como visitas a barrios, mensajes a través de programas de radio comunitarias, y opciones que puedan financiar con fondos propios. Sus motivaciones para intervenir en la consulta parten de que se identifican con algunas preguntas en ciertos casos; en otros, de que esperan atención gubernamental.
La FEI, por ejemplo, mantiene una alianza con el Gobierno desde hace cuatro años y su punto de confluencia son los ofrecimientos oficiales de una reforma agraria. Por ello siguen de cerca la elaboración del proyecto de Ley de Tierras que, según Patricio Barahona, asesor de comunicación del grupo campesino, podría enviarse a la Asamblea en unos dos meses.
Este tema también interesa a la Coordinadora Nacional Campesina (CNC) Eloy Alfaro, aunque su presidente, Romelio Gualán, dice que la decisión de respaldar el Sí surgió de una asamblea efectuada hace semanas. La CNC operaba como organización de hecho desde el 2006, pero en enero del 2010 obtuvo su personería jurídica y reconocimiento en el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), lo que le permitió inscribirse ante el CNE.
A inicios del 2011, en cambio, la Asociación Nacional de Mujeres por la Vida, que funcionaba hace dos décadas, recién se legalizó. Según su presidenta, María Quishpe, de otro modo no hubiesen podido participar y recuerda que su agrupación hizo propuestas en la Asamblea Constituyente de Montecristi (2008) que, asegura, están reflejadas en la Constitución.
Por ello, el pasado 16 de marzo, unas 500 mujeres se concentraron en Carondelet y entregaron al mandatario una propuesta para que se extienda el derecho a la Seguridad Social a las empleadas domésticas, algo que ya existe. La Federación Nacional de Cooperativas Pesqueras del Ecuador (Fenacopec), también inscrita, actualmente gestiona apoyo del régimen para remediar el daño que sufrieron embarcaciones pesqueras por la marejada del 11 de marzo.
Mientras que la Corporación Nacional de Agricultores y Sectores Afines (Conasa) califica su participación como una aventura en la que se ven “casi obligados” a apoyar. “Si íbamos por el No, iba a haber una persecución”, dijo un dirigente.
Marco Armijos, encargado de Política y Comunicación del Movimiento de Integración Ciudadana, otro grupo por el Sí, inició su actividad política durante la Asamblea de Montecristi, como asistente del asambleísta Guido Rivas, de PAIS; pero afirma ser consecuente con la obra desplegada por el Gobierno y que por eso lo respalda.
La Fundación de Acción Social (creada en el 2005 e integrada por albañiles, gasfiteros y vendedores de mercado, en Vinces), según su presidente, Julio César Carriel, apoya el Sí porque su gente “no quiere que se maten animalitos y para que se cierren los casinos”, en relación a las preguntas relacionadas con la muerte de animales en espectáculos y los juegos de azar.
Un acuerdo político con el Gobierno desde la primera vuelta del 2006 es lo que mueve a la Confederación de Trabajadores del Ecuador (CTE), que tiene como bases 24 federaciones provinciales y 15 nacionales, entre ellas la Federación de Trabajadores de la Salud del Ecuador (Fetsae) y la Confederación de Trabajadores de Servicios del Ministerio de Educación, también calificadas por el CNE para hacer campaña.
En los últimos dos años, otras organizaciones se desligaron de ese gremio en su apoyo al proyecto correísta, según Santiago Yagual, su presidente.
La última en separarse fue la Confederación de Barrios del Ecuador, que ahora se registró en la campaña por el No, postura que comparte con otras figuras –más tradicionales que nuevas–, como los partidos cuestionados por el Gobierno: Sociedad Patriótica (SP), Concentración de Fuerzas Populares (CFP), Unión Demócrata Cristiana (UDC), Partido Social Cristiano (PSC), Partido Renovador Institucional de Acción Nacional (Prian), Izquierda Democrática (ID) y Pachakutik.
Natasha Rojas, de la Confederación de Barrios, ligada al MPD, empezó su estrategia de campaña con reuniones, foros y debates en sectores de Quito, y asegura que en ese proceso ha recibido denuncias de ofrecimientos de bonos de Desarrollo Humano y de la Vivienda por parte de autoridades locales, a cambio de apoyar la consulta.
Equidad, Progreso i Orden (Equipo), creado por Fabricio Correa, hermano del mandatario, está entre los movimientos nacientes por el No. Jorge Falconí, secretario nacional de esa agrupación, califica esta campaña de “apenas un calentamiento”, en el que no habrá “grandes aportes en efectivo”, solo algunos propios y los provenientes de “amigos y extraños” que se van sumando, para decir “Ñaño, esta vez no”, su eslogan.
Segundo Gallardo, secretario ejecutivo de la Central Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas (Cedoc), cuenta que participan por el No, porque la Corte Constitucional (CC) no dio paso a su pedido de reformas a la Constitución, presentado el 26 de enero del 2010, un año antes del pedido de calificación de la consulta del presidente Correa. La principal propuesta se dirigía a la reforma de la conformación del directorio del Banco del IESS, pero dice que ni siquiera fue desechada su solicitud.
El grupo político Participación, liderado por el exministro de Gobierno Gustavo Larrea, apunta a enlazar nueve movimientos, entre ellos el frente popular, MPD, Pachakutik y Conaie. También quieren unificar acciones con visitas puerta a puerta, y hacer piezas publicitarias sin contenido confrontador, como caricaturas con el mensaje “La consulta no resulta”.
Juan Suárez, director del Movimiento Verde Ecológico, en cambio, cuestiona las limitaciones económicas frente al aparato de la campaña estatal. “En mis dos carritos los compañeros recorren cantones para repartir hojas volantes”, afirma él, quien dice utilizar sus ahorros.