Uno de los riesgos que ve Mónica Chuji en los cambios que el Ejecutivo plantea en la Función Judicial, a través de la consulta, es la politización en contra de sus compañeros indígenas. Esta exasambleísta y exsecretaria de Comunicación insiste en la inconstitucionalidad de crear un nuevo Consejo de la Judicatura de Transición y cree que todas las preguntas tienen un objetivo.

Para usted, ¿cuál es el trasfondo?
Hay más de 170 compañeros (indígenas) acusados penalmente por participar en protestas. En el momento en que la justicia pase a manos de un partido político, que será el de Gobierno, no vamos a tener garantías de nuestros derechos y nadie va a gozar de la justicia. El momento en que la justicia parta del Gobierno el resultado final es igual a impunidad total y a la profundización de la corrupción en el país.

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¿Qué implicaciones podría tener la creación de ese Consejo transitorio?
La acumulación del poder en el Ejecutivo. Este riesgo se discutió en la Asamblea de Montecristi, por lo que los votos ganaron porque se mantenga la independencia de poderes. En Montecristi se quedó que el presidente debe rendir cuentas y ser parte del escrutinio popular y obviamente de la Función Judicial.

La justificación del presidente Rafael Correa es que la justicia es deficiente y es necesario depurarla.
Al sistema de justicia hay que verlo desde lo global. Sí, esta función tiene muchas deficiencias y tiene que mejorar, pero esta no es la forma o el camino, ni constitucional ni democrático. Quién garantiza que estos delegados del Gobierno no tengan un vicio político. La legitimidad está en el pueblo sí, pero no se pueden omitir los pasos, quitándole por ejemplo el derecho de designar al nuevo Consejo de la Judicatura al Consejo de Participación Ciudadana. Aunque este organismo también se ha demorado, por lo que está bien que llamen a juicio político a Marcela Miranda (presidenta de ese organismo), porque también se ha demorado.

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Si no es la consulta el problema, ¿cuál es entonces?
La consulta es un derecho constitucional; pero el problema son las preguntas; cómo se manipula a la gente y cómo se utilizan las obras del Gobierno para inducir a la gente al voto.

¿Hará campaña por el No?
Le vamos a dar la lucha; los ecuatorianos podemos equivocarnos. Y de pronto gana el Sí y el presidente va a decir: ‘Vean ganó el Sí’... pero veamos cuántos están conscientes de lo que van a votar por las implicaciones políticas de estas preguntas... Los ecuatorianos debemos escoger entre la libertad y una dictadura camuflada.