.- El operativo militar de rescate al presidente de la República, Rafael Correa, el pasado jueves, del hospital de la Policía, estaba previsto para las 23:00, por el Grupo Especial de Operaciones (GEO) y Grupo Especial de Comandos (GEC), unidades de élite del Ejército entrenadas para combatir el terrorismo.Sin embargo, por pedido del Mandatario, según fuentes militares, el operativo fue adelantado tres horas, tras información obtenida por inteligencia militar, mediante la interceptación de una llamada telefónica, sobre un eventual secuestro a Correa al sector de Nono, noroccidente de Pichincha.Con la declaratoria del estado de excepción, a las 13:30 del jueves, las Fuerzas Armadas asumieron el control de la seguridad. Y mientras a esa hora en los exteriores del hospital de la Policía se enfrentaban simpatizantes del Mandatario con gendarmes, en el Salón de Guerra del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, el mando militar mantenía una videoconferencia con los comandantes de las cuatro fuerzas de tarea conjunta que agrupa a los batallones y destacamentos militares.Al percatarse del control y tras descartar una eventual insubordinación militar el mando decidió hacer un pronunciamiento público de las Fuerzas Armadas sobre la crisis.En ese momento, el Consejo de Generales redactó, a mano, el comunicado sobre el respaldo de las Fuerzas Armadas al presidente Correa, que fue leído por el jefe del Comando Conjunto, Ernesto González, pasadas las 14:00. Respaldo que fue condicionado por oficiales a la inmediata revisión de la Ley Orgánica de Servicio Público, para que los militares no sean afectados en sus ingresos.Antes de pasar al salón donde esperaba la prensa el comunicado de la cúpula militar, el ministro de Defensa, Javier Ponce, objetó el pedido de revisión de la ley, pero aprobó su difusión una vez que los oficiales le explicaron que se trata de un mensaje a la tropa para mantener el control y liderazgo.El principal punto a favor del régimen para obtener el respaldo militar fue que en las calles no existía convulsión social y que varios oficiales rechazaron el \"secuestro\" al Mandatario por parte de la Policía.Con la garantía de los militares, el rescate al presidente Correa se convirtió en la principal misión. En primera instancia se estudió la posibilidad de hacerlo vía helicóptero, pero fue desistida al percatarse la presencia de francotiradores en lugares aledaños al hospital.Inmediatamente decenas de militares del GEO y del GEC en dos helicópteros -Súper Puma y MI- de la Brigada de Fuerzas Especiales Patria, de Latacunga, llegaron al Colegio Militar de Quito, de las avenidas Orellana y Amazonas.Y mientras era informado del particular, Ponce recibió una llamada de Correa solicitándole que el operativo de rescate militar se realice, en ese momento, (19:00) porque su vida corre riesgo, ya que los policías insubordinados impidieron su salida con el Grupo de Operaciones Especiales de la Policía.González señaló a Ponce que no era conveniente el rescate en ese rato porque los tanques no llegaban a Quito y únicamente contarían con los de Ibarra. Además, que un batallón de 200 hombres de la frontera está recién en camino.El Mandatario insistió en que el operativo debe ser en ese momento, lo cual obligó al mando a suspender el plan inicial y disponer el rescate con los soldados disponibles en el colegio Militar, unos 400 hombres.El operativo consistió en utilizar armas disuasivas, luego balas de goma, y finalmente municiones de fusiles HK. Según el mando militar, cuando los soldados llegaron al hospital los policías los recibieron a bala lo que los obligó a responder de la misma forma.","isAccessibleForFree":true}
QUITO. Decenas de militares participaron en el operativo para sacar al presidente Rafael Correa del Hospital de la Policía. Foto: redaccion
QUITO .- El operativo militar de rescate al presidente de la República, Rafael Correa, el pasado jueves, del hospital de la Policía, estaba previsto para las 23:00, por el Grupo Especial de Operaciones (GEO) y Grupo Especial de Comandos (GEC), unidades de élite del Ejército entrenadas para combatir el terrorismo.