Los dos juicios penales contra el ex presidente Abdalá Bucaram Ortiz recobraron vigencia el pasado miércoles, una vez que la defensa del ex gobernante, exiliado en Panamá, presentara un amparo de protección ante la Corte Constitucional, para conseguir su absolución.
En la audiencia, los ex presidentes de la desaparecida Corte Suprema de Justicia, Jaime Velasco y Guillermo Castro Dáger, tuvieron un enfrentamiento verbal. El primero estaba contra el amparo a Bucaram. El segundo defendió su polémico dictamen del 31 de marzo del 2005, que anuló los juicios contra el ex mandatario, a quien se lo acusa de peculado en los casos de gastos reservados y mochila escolar.
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Gracias a esa nulidad, el líder del PRE volvió al país y desencadenó una crisis política que fue, entre otras causas, el detonante para la caída del entonces presidente Lucio Gutiérrez. La entonces denominada “Pichicorte” (por el apodo de Castro Dáger) fue cesada por Gutiérrez y el Congreso, un mes después, y su presidente enfrentó una orden de prisión, acusado de prevaricato.
Castro Dáger dice ahora que los insultos que intercambió con Velasco fueron un exabrupto. “Por cinco años he sido perseguido por Velasco; he sido ultrajado, vilipendiado, me ha dictado órdenes de prisión. Entonces, en esos momentos uno se llena de pasión y sucedió lo que sucedió. Por eso yo le pido perdón a sus hijos, a su familia, porque ellos no son culpables de tener un padre tan miserable”, señala.
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¿Por qué lo trata de miserable a Jaime Velasco y dice que se siente perseguido?
Me siento perseguido por Velasco porque me dictó orden de prisión en el 2006, una orden sin razón ni fundamento; me puso prohibición de salida del país, de enajenar mis bienes y para fijarme una fianza se demoró más de lo que manda la ley, o sea, una cosa que no tiene ni pies ni cabeza. Después, la 3ª Sala de la Corte rechazó totalmente ese fallo, le dio una lección de Derecho porque Velasco es una persona que no sabe de Derecho Penal. Él sabe de Derecho Laboral, debe conocer algo de Derecho Municipal, pero de Derecho Penal y Constitucional, no sabe nada.
Pero él ha sido presidente de la Corte... decir que no sabe nada, ¿no es una difamación?
Es que no sabe. Ha sido presidente de la Corte por situaciones políticas.
Lo mismo se dijo de usted, que lo apoyó el PRE y que llegó a la Corte por un pacto entre Lucio Gutiérrez y Abdalá Bucaram.
Son dos cosas totalmente diferentes, yo llegué elegido por el Congreso Nacional.
Un Congreso donde todo se manejaba políticamente...
Él llegó elegido por una comisión, algo que no estaba contemplado en ninguna parte de la ley. Mi Corte fue más legítima que la de Velasco y además no hubo las inmoralidades que en la Corte de Velasco.
¿Pero su designación no fue armada en el Congreso, con el auspicio del PRE y el respaldo de Abdalá, su amigo?
Nunca he sido del PRE. Fui y soy muy amigo de Abdalá Bucaram. y en el transcurso de la vida no sé si seré su amigo.
Esa persecución que usted dice sufrir, ¿no se fundamenta en la nulidad, supuestamente ilegal, que dictó a favor de Bucaram?
Son fallos eminentemente constitucionales. Son fallos que la Constitución me obligaba a darlos. Y aquí, usted, tome textualmente: en los procesos del abogado Abdalá Bucaram no consta la resolución del juicio político por el cual el Congreso Nacional dispone su enjuiciamiento penal, como tampoco constan las peticiones que el juez competente, el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la época, haya realizado al Congreso para proceder con ello. O sea, son juicios nulos, que la Constitución de entonces, según los artículos 272, 273 y 274, me obligaban a otorgar la nulidad.
Cuando hubo reacción ciudadana y tambaleó el gobierno de Gutiérrez, se resolvió lo contrario y a usted se lo destituyó...
A mí me destituyó Lucio Gutiérrez, ilegal e inconstitucionalmente, y por eso se cayó. Porque en ese momento se volvió dictador, por eso se cayó.
La reacción contra Gutiérrez ¿no fue más bien por haberlo traído a Bucaram?
No, no. Eso es cuestión de interpretación. Gutiérrez se cayó por sus propios errores y por haber destituido a la Corte Suprema de Justicia.
A usted lo enjuiciaron por prevaricato, por haber anulado los juicios contra Bucaram. ¿Eso no estaba en la Constitución?
Yo estaba con la Constitución, el que estaba contra ella era Velasco. Él anula mis autos, que quedaron archivados el 16 de abril del 2005. Yo bloqueé todos los recursos que me interpusieron, todos los contesté a tiempo y el proceso quedó archivado. Está certificado.
Pero Velasco dijo que usted no notificó a los jueces y conjueces que sustanciaban el proceso...
La notificación se hizo. Aquí está todo (muestra documentos). Mire lo que dice Velasco, el pueblo debe entender: “Son inexistentes jurídicamente, sin valor procesal y sin efecto alguno en la presente causa y, por lo mismo, no producen efectos jurídicos procesales de ninguna naturaleza; por consiguiente, tales providencias carecen de validez”. Pero no fundamenta. En el mundo no existe la figura jurídica de la nulidad. En los casos del abogado Bucaram nunca hubo en el Congreso un juicio político, una autorización y nunca hubo el pedido del juez para enjuiciarlo. El juicio de Bucaram salió de la nada, no existió.
¿No existieron los delitos de la mochila escolar y los gastos reservados, por los que se siguieron esos juicios?
Eso no me atañe a mí. Yo soy un juzgador de acuerdo a la Constitución y al proceso. En el proceso no había los requisitos.
¿No ameritaban, no había pruebas de supuestos delitos?
Pero en el proceso no constaban, no constaban ni el juicio político que dispone el enjuiciamiento penal.
Pero yo le pregunto sobre los delitos, ¿existieron?
Pueden haber existido los delitos, pero yo tenía que aplicar la Constitución.
¿No pesó el hecho de ser amigo de Abdalá Bucaram, como usted reconoce? Hay hechos como el haber ido a Panamá antes de su nombramiento, y luego después de su destitución. ¿Usted es amigo y defensor?
Fui, soy y no sé si en el tiempo seré amigo, como ya dije, pero eso no me impedía ser el juzgador. Yo a Panamá viajo desde los 16 años. Si hubiera sido amigo íntimo de Abdalá, hubiera sido invitado al matrimonio de su hijo Jacobo, de su hijo Michelle, de su hijo Dalo.
¿Y usted le reclamó por eso?
¿Por qué tengo que reclamar, si él invita a quien quiere? Ahí está el grado de intimidad. La intimidad es cuando uno debe favores económicos, favores médicos, cuando uno ha estado en la desgracia.
¿Y no estuvo usted en el momento de la desgracia, cuando dictaminó a su favor?
Hubiera dictaminado contra cualquier persona, si la Constitución me lo mandaba y si en las piezas procesales estaba cómo debía actuar.
Y esta semana, ¿usted, como ex presidente, estuvo junto a los familiares en la Corte Constitucional, defendiéndolo?
No, no. Yo acudí porque la Corte me citó como ex presidente de la Corte Suprema y me pidió un informe y yo acudí para presentarlo. Aquí está, está fechado el 26 de febrero del 2010.
¿Cree que Abdalá Bucaram va a lograr el amparo?
El derecho lo tiene, si le dan o no, esperemos la resolución de la Corte Constitucional.
Personalmente y según los documentos, ¿podría quedar libre Abdalá Bucaram?
Si hacen respetar la nulidad, si se respeta constitucionalmente la nulidad que yo dicté en base a la Constitución, los procesos quedarían terminados.
Perfil: Guillermo Castro Dáger
Nacimiento
Guayaquil, noviembre 2 de 1951
Títulos
Doctor en Jurisprudencia de la Universidad Católica de Guayaquil. Diplomado en Gerencia de Gobiernos Seccionales.
Cargos
Procurador del Municipio de Milagro y del Consejo Provincial del Guayas, miembro del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, ministro fiscal, presidente de la Corte Suprema de Justicia.