Las autoridades de Australia, asombradas por el caso de un hombre que tuvo con su hija cuatro hijos tras violarla durante tres décadas, anunciaron ayer el despliegue de 200 inspectores del servicio de protección infantil con el objetivo de prevenir y detectar abusos de menores.
Este caso, que ha consternado a la sociedad australiana y guarda ciertas semejanzas con el del austriaco Josef Fritzl, conocido como el “Carcelero de Amsteten” y condenado a cadena perpetua el pasado marzo, será investigado por un equipo de agentes especiales.
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Según la Fiscalía de Victoria, el hombre, un sexagenario cuya identidad no ha sido desvelada, comenzó a abusar de su hija en 1970, cuando ella tenía 11 años, y continuaron hasta el 2007, cuando la víctima consiguió que un juzgado emitiera una orden de alejamiento contra su padre.
Según versiones de personas que conocen a la familia unos años antes de que se destapara el caso de incesto, en una ocasión los vecinos cuidaron de los hijos cuando su madre tuvo que ser ingresada en un hospital al sufrir una crisis nerviosa.
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La víctima, que dio a luz en diferentes hospitales públicos, perdió a su única hija poco después de nacer con severas malformaciones, y sus tres hijos varones padecen serios problemas de salud. Ninguno de los niños que el acusado tuvo con su hija fueron inscritos en el registro con su apellido.
La esposa del acusado residió hasta el 2005 en la vivienda familiar, junto con su hija y los tres nietos, aunque ha asegurado que nunca se percató de lo que ocurría bajo el techo de su hogar.