La instalación de bases militares de Estados Unidos en Colombia, el narcotráfico y el tráfico de armas son los temas que se tratarán en la cuarta reunión de mandatarios de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), prevista para este viernes en Bariloche, Argentina.

La Cancillería trabaja en los detalles de la agenda que será revisada por el presidente Rafael Correa a su retorno de Cuba, previsto para mañana, adonde viajó a realizarse una rehabilitación en las rodillas.

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Correa, como presidente pro témpore de la Unasur, dirigirá la reunión que fue solicitada de manera urgente por varios mandatarios ante la preocupación de que las bases operadas por estadounidenses se conviertan en elementos desestabilizadores para la región. 

El presidente Rafael Correa, el pasado 10 de agosto, inclusive señaló que constituyen una “provocación” e instó a Colombia a aclarar el acuerdo militar con EE.UU. Mientras que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, presagió “vientos de guerra”.

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El ministro de Seguridad Interna y Externa, Miguel Carvajal, en una entrevista en Gamatv, dijo ayer que las operaciones militares de  EE.UU. en el vecino país tienen el objetivo de mejorar su capacidad estratégica operacional en la región y que perjudicará el proceso de integración regional, “teniendo una espada de Damocles en una esquina de nuestro continente para afectar el proceso de Unasur y del Consejo Sudamericano de Defensa”.

De hecho ayer Perú respaldó a Bogotá por el acuerdo firmado con EE.UU., según informó el canciller José Antonio García Belaúnde. “La posición del Perú en Unasur, primero que nada será de respeto a la soberanía que tiene derecho a ejercer Colombia sobre sus propios territorios”, señaló el diplomático a la agencia estatal Andina.

Mientras, el presidente de Bolivia, Evo Morales, anticipó un “duro debate” en la Cumbre. “Habrá un duro debate, no solo por un país (Colombia), sino por la dignidad y soberanía de toda Sudamérica”, afirmó.

El ministro de Defensa, Javier Ponce, reiteró la semana pasada la preocupación del régimen por el acuerdo militar entre Bogotá y Washington, en el sentido de que el gobierno de Álvaro Uribe sostiene la tesis del uso extraterritorial de la fuerza  y la guerra preventiva.

“Es sumamente grave plantear un tema en general de guerrilla y narcotráfico si no hay una tácita renuncia de la tesis de la extraterritorialidad de la fuerza. Evidentemente se vuelve un peligro, una amenaza,  esa es la razón por la que estamos señalando la gravedad de la presencia de esas bases”, precisó.

En la reunión de la Unasur, Ecuador solicitará a Colombia, junto a otros países como Venezuela,  Bolivia y Paraguay, un compromiso para evitar una intervención militar que vulnere la soberanía de otro país, como ocurrió el 1 de marzo del 2008, en Angostura (Sucumbíos).

Para el ex canciller José Ayala Lasso, Colombia tiene la obligación de cumplir principios del derecho internacional como parte de la convivencia pacífica de los estados, como el respeto a la soberanía de los países. Sin embargo, señaló que los gobiernos de la región deben también respetar su acuerdo militar, siempre y cuando no vulnere la integridad de los demás.

El canciller Fander Falconí dijo ayer que la Unasur “no sentará” ni a Colombia ni a otro país “en el banquillo de los acusados”. Falconí visitó a su homólogo de Brasil, Celso Amorim, con quien revisó la agenda a tratar durante la cita de mandatarios.

Falconí recordó que “la posición de Ecuador es que no hay temas vetados y que todos los asuntos relacionados con la seguridad tienen que ser tratados en esta cumbre”.

En cuanto a las expectativas, Amorim insistió en que Colombia y Estados Unidos podrían ofrecer algún tipo de “garantía” de que los acuerdos serán limitados exclusivamente a territorio colombiano.

Mientras, en Quito, el ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, se reunió de manera reservada con su par ecuatoriano, Javier Ponce, para analizar la posición de los países de la Unasur sobre la instalación de las bases militares de EE.UU. en Colombia.

Fander Falconí
CANCILLER DEL ECUADOR
“Está claro que (en la Unasur) no se trata de sentar a nadie en el banquillo de los acusados ni de generar conflictos”.

Celso Amorim
CANCILLER DE BRASIL
“No sé si Colombia estará preparada para dar garantías en esta reunión (...) pedir una garantía no es desconfiar”.