El control aéreo que asumirá la Armada para detectar actividades ilícitas en alta mar se iniciará a partir de septiembre próximo, cuando termine el proceso de capacitación y prueba de los seis aviones no tripulados que el Gobierno compró a una compañía israelí a un costo de 22’998.746 dólares.
El embajador de Israel en Ecuador, Eyal Sela, recorrió ayer la estación aeronaval donde se prueban desde el 19 junio pasado estas nuevas naves, con las que se busca reemplazar el sistema de vigilancia que realizaban militares estadounidenses desde el Puesto de Operaciones de Avanzada Americana (FOL, por sus siglas en inglés), quienes hicieron su última misión el 19 de julio pasado.
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Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos tienen previsto abandonar el FOL instalado en la Base de Manta desde noviembre de 1999 hasta el 18 de septiembre próximo.
El presidente de la República, Rafael Correa, decidió no renovar el convenio que permitió el uso del FOL. Y la nueva Constitución redactada en Montecristi prohíbe la instalación de bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano.
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La Armada se prepara para iniciar el control aéreo con los aviones no tripulados adquiridos a la empresa israelita Israel Aerospace Industries.
El nuevo sistema consiste en dos aviones (Heron) y cuatro de menor alcance (Search) equipados con cámaras para vigilar desde tierra lo que ocurre en la franja costera que se extiende entre las 12 y 120 millas náuticas del mar territorial.
Sela recalcó que Ecuador se convertirá en el primer país latinoamericano en utilizar este tipo de naves para controlar su mar territorial. “Esperamos que Ecuador empiece a protegerse con esta tecnología”, aseveró el diplomático.
Con el sistema se busca detectar actividades ilícitas como tráfico de personas o narcotráfico, negocios que generan unos $ 550 millones anuales, según cálculos de las FF.AA.
Patricio Rivas, comandante del escuadrón, ve a las embarcaciones con más de 20 toneladas de registro bruto que no tienen el respectivo chip satelital como un indicio de que sus ocupantes realizan alguna actividad ilícita.
La idea es que con los aviones no tripulados en operación se ubique en el océano a estas embarcaciones para realizar luego el abordaje de ser necesario con mayor efectividad.
Para reforzar los controles ante la salida del FOL, la Armada instalará hasta diciembre próximo tres muelles flotantes a un costo de $ 1’638.000 en puntos estratégicos de la costa ecuatoriana.
Hasta estos puntos acudirán las 42 naves, entre guardacostas y lanchas interceptoras con que se cuenta para realizar los controles marítimos en alta mar.