Los maestros que rindieron la evaluación interna de manera voluntaria, en noviembre del año pasado, se quejaron del poco tiempo que tuvieron para prepararse para las pruebas externas de ayer.

Ellos recién recibieron la convocatoria del Ministerio de Educación entre el jueves y viernes pasados, ya sea por correo electrónico o por teléfono.

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Además, les adjuntaron un cuestionario con posibles temas de consulta.
Los docentes esperaban obtener buenas calificaciones en esta etapa de su evaluación porque en la primera dicen que les fue mal. Inexplicablemente obtuvieron calificaciones bajas, pese a que su autoevaluación y la de los alumnos, padres y directores fue satisfactoria, o había notas en pruebas que nunca se tomaron.

Xavier Parra, docente de educación básica de la escuela Otto Arosemena, señaló que en ningún momento sus alumnos lo evaluaron, por lo que no entiende cómo es que apareció una nota en ese ítem.

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Y señaló que los aplicadores de la Universidad de Guayaquil llegaron a examinar su clase apenas veinte minutos antes de que se terminara la jornada de estudios de la escuela.

Samuel Riquero, profesor de séptimo de básica de la escuela Enrique Vallejo, señaló que obtuvo 39 puntos, pese a que su autoevaluación fue alta, al igual que la de sus compañeros de trabajo y su director.

Sus alumnos no lo evaluaron tampoco; sin embargo, en el registro del Ministerio consta que le pusieron 9 (de 12 puntos).

Riquero acudió a la Subsecretaría de Educación para reclamar por las notas, pero no obtuvo respuesta.

Los dirigentes de la Unión Nacional de Educadores (UNE) denunciaron que muchas de las pruebas que se tomaron en noviembre se han extraviado en el Ministerio de Educación.