Un equipo de investigadores, formado por técnicos y científicos de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (PNG), y de la Universidad Tor Vergata de Roma (UTV), Italia, regresó el pasado viernes de la expedición que mantuvo por la zona del volcán Wolf, en la isla Isabela, para recopilar información de la nueva especie de iguana rosada.

El grupo se encontró, marcó y tomó muestras de sangre de 101 iguanas rosadas (nueva especie) adultas, de las cuales 55 son machos y 46 hembras.
Se observó una iguana recién eclosionada, pero que no pudo ser capturada; no se encontraron nidos, pero sí iguanas en estado reproductivo.

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Los investigadores pudieron definir el área de vida de esta especie, y se confirmó que la comparte con la iguana amarilla (Conolophus subcristatus), exclusivamente en las inmediaciones del volcán Wolf, puesto que ni en el volcán Darwin, ni en el volcán Ecuador, se encontraron iguanas rosadas.

“El encontrar 101 iguanas rosadas nos sugiere que la población no está tan amenazada como se pensaba, lo que nos da tiempo para completar los análisis genéticos y de los datos y en función de eso, decidir si se necesitan medidas de manejo para su conservación”, manifestó Washington Tapia, responsable del proyecto por parte del Parque Nacional.

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Adicionalmente, se colectaron muestras de aproximadamente 30 especies diferentes de plantas que podrían formar parte de la dieta de las iguanas rosadas. A partir de estas muestras y de heces reocogidas, mediante estudios moleculares, se buscará determinar con certeza qué comen estas iguanas.

El PNG y la UTV continuarán con el análisis de los datos recogidos y las muestras tomadas para ir completando la historia natural de esta nueva especie.

La iguana rosada fue vista por primera vez durante un viaje de campo a volcán Wolf, en 1986. Inicialmente se pensó que se trataban de individuos manchados; pero los análisis genéticos posteriores revelaron que se trataba de una nueva especie para la ciencia. 

Gabrielle Gentile, científico de la Universidad de Tor Vergata, indicó mediante correo electrónico que los resultados mostraron que esta iguana se originó mucho tiempo atrás, cuando el archipiélago no tenía su configuración presente.

Difícil acceso
Para llegar al hábitat de las iguanas rosadas hay que caminar entre diez o doce horas por un terreno agreste y escarpado, con rocas puntiagudas formadas por lava volcánica.

Vegetación y temperatura
En el sitio la vegetación es espinosa y el suelo poblado de peligrosas garrapatas, con temperaturas que en invierno bajo el sol pueden llegar a los 65 grados centígrados.