Organismos adscritos a la Presidencia de la República -la Subsecretaría de Información para el Sigob y la Secretaría de Transparencia de Gestión- monitorean y  evalúan los contenidos de los medios de comunicación para clasificar las notas periodísticas en tres categorías: a favor, en contra o neutras.

Así lo evidenció el propio mandatario en uno de sus recientes enlaces de los sábados. La primera entidad se encarga de revisar las noticias difundidas por prensa, radio y televisión; la segunda se concentra únicamente en los espacios de entrevistas de los canales y emisoras.

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Empleados públicos son los encargados de ver, escuchar y leer las notas periodísticas –incluso de la prensa extranjera, si es que involucran al régimen–  para determinar lo que ellos llaman “parámetros de favorabilidad”.

¿El objetivo? Está señalado en el propio manual que utilizan para poder efectuar este trabajo:  facilitar al presidente Rafael Correa un sistema de valoración permanente de la acción  personal e institucional, según los medios de comunicación, con efectos posibles en el electorado.

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Los encargados de la tarea son periodistas de la Subsecretaría de Información, instancia que depende de la Secretaría de la Administración Pública y Comunicación que dirige Vinicio Alvarado. Cada uno tiene asignado un grupo de  medios e, incluso, periodistas específicos para seguir la información o comentarios que estos difundan.

Lo hacen  para quien llaman su “primer usuario”: el  Mandatario. Según documentos proporcionados por fuentes que piden no ser identificadas, él  prefiere, en este orden,  los temas políticos, económicos, sociales, de migrantes, de crónica roja que involucren  a niños, entre otros.  

La Subsecretaría de  Información emplea un programa que coordina  el Sistema de Información y Gestión para la Gobernabilidad (Sigob),  también  adscrito a la Presidencia, y que diseñó el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), según consta en  el manual.

La Subsecretaría   selecciona  y evalúa  las noticias y las difunde en el Simed (Sistema de Información y Monitoreo de Medios), área comunicacional del Sigob, cuyos  informes se muestran  -aunque parcialmente- en la página web www.sigob.gov.ec.

Por ejemplo, allí no se incluyen  los parámetros de favorabilidad ni los de destaque. Estos últimos clasifican la importancia que, según ellos, el  medio le dio a una  información. Son otras  tres categorías: alta, media o  baja.

José Manuel Hermida, coordinador  del PNUD en Ecuador, señala que el sistema fue asumido totalmente por la Presidencia en  julio del 2007 y asegura que, desde entonces,  no hacen   ningún seguimiento o  asesoría.

De ahí que –afirma– no sabe si el  programa ha sufrido modificaciones. En la actualidad, este incluye espacios para poner información  de los directivos de los medios, periodistas o cualquier personaje que aparezca en espacios noticiosos porque se le ha pedido su  opinión o versión.

Por ejemplo, según el manual que emplean, existe la denominada  “ficha de estructuración de MIA (Módulo de Información y Análisis)”, en la que se incluyen  datos personales del “actor emisor”  como nombre, cargo, función, agrupación  política o institución, dirección, teléfono, correo, hoja de vida y foto. Además, a este se le adjuntan las noticias a favor, en contra y neutras.

Para ello, el programa cuenta con opciones a escoger, según el dato que se tiene que ingresar. Por ejemplo, cuando se va a especificar  el  “cargo o función”, aparece un listado   en el que se incluyen alternativas preestablecidas como “arzobispo, asesor, camarista, codirector, conductor de programas, cónsul”.

En otra ficha  se piden   datos como el nombre del medio, el directivo responsable, secretaria, teléfonos, correos, dirección, secciones (diarios) y  programas (radios y canales) con los nombres de sus   responsables.

Según Hermida, la intención del programa que ellos entregaron  era “fortalecer la gobernabilidad” a través de un  sistema de trabajo político (que incluye el software)  que  facilite el  proceso de gestión del Presidente.
 En Ecuador se instaló  en  el   2000  con una inversión inicial de $ 300 mil   no reembolsables del PNUD, pero cuando a Hermida se le consulta si ya  incluía todos estos elementos sostiene: “Puede ser el mismo software,  pero con alguna modificación. El Gobierno ya es el  dueño”.

  Lo que sí sabe Hermida es que, antes del retiro del PNUD, existía una lista de 80 personas con incidencia o voz en la opinión pública, por ejemplo,   titulares de gremios, analistas o periodistas (Carlos Vera, confirma el funcionario, estaba incluido). La tarea consiste en  hacerles  seguimiento en los medios como parte de la evaluación de    favorabilidad de   actores políticos.  

Entre los  objetivos, según Hermida,  estaban  el reducir los niveles de incertidumbre en la comunicación  intergubernamental (ministerios y entes estatales), centralizar los elementos dispersos de la comunicación o generar sustentos  para esta.

Otra instancia adscrita a la Presidencia también monitorea los medios, aunque sin este programa.  La   Secretaría   de Transparencia de Gestión –antes Secretaría Anticorrupción–   “evalúa” únicamente  los espacios de  entrevistas en canales y radios, aunque  esta labor   no está contemplada en sus funciones.

Cada semana –desde el inicio de la campaña electoral (10 de marzo), según los    directivos de los  medios, pero desde septiembre, según la Secretaría–     canales   y   radios reciben   los llamados “reportes de equilibrio en la convocatoria a entrevistados”.

Sin embargo,     el decreto ejecutivo 1511 –a través del cual se creó la  Secretaría, el 29 de diciembre–  establece que su ámbito de acción son los órganos de la administración pública (central e institucional) y los entes autónomos que formen parte de ella, no los medios privados.

El secretario de Transparencia, Alfredo Vera,  defiende los monitoreos  “no científicos, pero sí informativos”. “Fue   idea mía porque veo  televisión y  oigo radio. Hablan de democracia, honestidad, transparencia, pero    invitan a ocho   enemigos del Gobierno, uno neutral y por ahí uno a favor... Quizá no lo pueda sancionar o  meter preso, pero pórtese equilibrado, no sea tan descortés con la ética”, señala.

 En los documentos se   contabilizan, día por día y medio por medio,  los entrevistados a favor, en contra y neutros.  Además, se anexan sus nombres.  Aunque sin recibir una disposición oficial, algunos medios modificaron sus criterios de selección.

“Mantenemos la línea y si bien ya invitábamos a funcionarios del Gobierno y   de la oposición, ahora hacemos más   evidente este equilibrio a través de paneles con igual número de entrevistados en cada lado”, explica Andrés Mendoza, de radio Atalaya.

Paralelamente, la Superintendencia de Telecomunicaciones (Supertel) pide   a los directivos de canales y radios las nóminas  completas de sus empleados, tanto del área administrativa como de la técnica y de prensa. Se deben incluir los nombres, números de cédula, cargos y las funciones que desempeñan.

 Este Diario buscó la versión de la Subsecretaría de Información y del Sigob desde el 6 de mayo, pero no respondieron.