El celular es, sin duda, el objeto más preciado para Álvaro Noboa en los días de campaña. Durante sus recorridos en busca de votos o antes de entrevistas recibe llamadas de Europa o Nueva York para direccionar la compra y venta de acciones en el mercado bursátil.
Noboa, quien por cuarta vez se presenta como candidato a la presidencia de la República, controla 123 compañías en el país y el extranjero, las que mueven ingresos superiores a 650 millones de dólares anuales y ni la cercana lid electoral lo aleja de sus negocios.
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En la papeleta lo acompaña como vicepresidenciable su esposa, Anabella Azín, quien afirma que el puesto se lo ha ganado por la votación que alcanzó como postulante del Prian para diputada y asambleísta en anteriores elecciones.
Alejado de los primeros lugares de la lista de billonarios de Forbes, aquella publicación estadounidense que antes lo ubicó entre los empresarios con más dinero en el mundo.
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El ejecutivo, que en sus primeras campañas se presentó como uno de los más exitosos del país y luego como el “enviado” de Dios, enfrenta este intento por llegar a Carondelet confiado en que será nuevamente finalista, como lo fue con Jamil Mahuad, Lucio Gutiérrez y Rafael Correa.
Será, sin embargo, con un escenario distinto al de hace una década, cuando inició su primera carrera, en 1998. Para entonces había sumado a sus negocios parte de la fortuna que heredó de su padre, Luis Noboa (fallecido en 1994), y lo que obtuvo en 1997, por medio de procesos legales con su madrastra, Mercedes Santistevan, hermanos y sobrinos.
Noboa mantiene parte de las compañías entre las principales del país, pero algunas han cedido la hegemonía que antes tenían. Exportadora Bananera Noboa, ícono del emporio, que factura al año más de $ 250 millones, dejó de ser la principal del ramo al pasar su sitio a una multinacional con más ingresos.
Dos de sus sobrinas, Natasha y Casandra Sicre Noboa, hijas de María Leonor, su hermana fallecida, lo acusan de apropiarse ilegalmente del 25% de las acciones que su madre poseía en Fruit Shippers. A través de su abogado, el español Javier Arraut, afirman que Noboa “nunca les ha dado ninguna información sobre la situación de su patrimonio”.
La autoridad tributaria ha seguido de cerca el desempeño de algunas empresas de Noboa por supuesta evasión, sin embargo, no se han conocido casos en los que haya concretado el pago de las millonarias glosas que se le quieren cobrar.
Líder del Partido Renovador Institucional Acción Nacional (Prian), agrupación que formó en el 2002, Noboa apuntala el mismo discurso al momento de explicar las acciones del SRI. En público, todo lo resume a que se trata de “una persecución política”.
Dentro de sus compañías hay distintas visiones de él. Sus cercanos colaboradores lo conocen como un hombre audaz y directo en los negocios. Vicente Taiano, director del Prian, indica que la habilidad de Noboa para administrar reside en la supervisión y la confianza en el trabajo delegado a sus ejecutivos.
Pero también algunos miran en Noboa a un hombre a quien le gusta hacer prevalecer su criterio. “No le gusta que nadie le haga sombra. Tiene su ego”, afirma uno de sus gerentes, que prefiere la reserva.
Dentro del sector empresarial de Guayaquil hay quienes ven con recelo sus prácticas. El año pasado, por ejemplo, Noboa requirió que varios de sus empleados se sometan a la prueba del polígrafo (detector de mentiras).
En lo familiar, Noboa –quien habla tres idiomas y gusta del arroz con menestra– se muestra abierto. Un almuerzo o cena con sus hijos puede durar más de una hora, por distendidas conversaciones. Daniel, su hijo de 21 años, el mayor de los tres, sostiene que su padre sabe escuchar. Ver una película o bañarse en la piscina son actividades que hace en familia.
Su círculo cercano, que se mueve entre sus negocios y la política, se mantiene casi intacto, aunque Sylka Sánchez, abogada de las empresas de Noboa y quien llegó a ser la jefa de la bancada legislativa del Prian, guarda ahora un perfil bajo en esta campaña.
Un consultor en mercadeo cree que una de las debilidades de Noboa es que no ha renovado su candidatura. Dice que aunque se presenta con más mesura en su discurso, un poco distante al de la campaña anterior, sus propuestas siguen siendo las mismas. Noboa, por ejemplo, quiere subir el bono a $ 77. Para financiar esa propuesta habla de vender el avión y helicóptero que usa el Presidente.
Nacido hace 58 años, Noboa refiere que al ser Presidente busca “ayudar a resolver los grandes problemas” del Ecuador, pero algunos empresarios siguen pensando en que con ello quiere dejar atrás la sombra de su padre.
Plan de gobierno
Social. Propone incrementar el Bono de Desarrollo Humano de 30 a 77 dólares. Buscará financiar ese rubro con la venta del avión presidencial. En su plan de gobierno refiere que el actual monto no alcanza, considerando el costo de la canasta familiar.
Educación. Busca crear escuelas o institutos nocturnos con el fin de que otorguen títulos técnicos o de segundo nivel. Esto se enfocará a personas de escasos recursos, como agricultores, pescadores, mineros, floricultores. Con ello pretende que se aminore el nivel salarial.
Seguridad. Plantea tecnificar y modernizar a la Policía Nacional con nuevos equipos satelitales e informáticos. Esto con el fin de tener una mayor eficiencia al momento de combatir a la delincuencia.
Inversión. Para atraer inversión su propuesta se enfoca a una reducción del Impuesto a la Renta. Quiere fijar este rubro en un 10%. Propone en su gobierno invitar y atraer a los inversionistas extranjeros a través de bonos del Estado e incentivar la inversión local.
Salud. Quiere realizar una reingeniería y revisión exhaustiva de todos los organismos involucrados para realizar un trabajo óptimo en todas las dependencias del país. Además, aspira a realizar planes de educación para la salud en comunas rurales y sectores vulnerables.
Vialidad. Se concentrará en construir y reconstruir carreteras y vías. Critica las obras que denomina faraónicas, las cuales no son prioritarias para los pobres del país. La vialidad es una necesidad.
Servicios. En su plan también consta la creación de nuevas redes de agua potable y alcantarillado a nivel nacional, en especial en las zonas marginales y más necesitadas. Para este objetivo se compromete a apoyar y trabajar en conjunto con los alcaldes, prefectos y concejales.