El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, instó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia que acepten una propuesta de alto el fuego con el gobierno del presidente Álvaro Uribe, sin que hasta este miércoles la guerrilla colombiana haya respondido o reaccionado.
Dirigentes empresariales consideraron como positivo el apoyo del mandatario venezolano a Uribe y su cambio de actitud respecto al grupo rebelde.
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A la vuelta de un año, Chávez pasó de pedir el reconocimiento de las fuerzas guerrilleras colombianas e insultar a su colega colombiano, a solicitar que los insurgentes depongan las armas y dejar en claro que sus choques con Uribe eran un episodio superado.
"Todo cuanto ayude a eliminar los ruidos entre ambos gobiernos es positivo", indicó el presidente ejecutivo de la Cámara de Integración Económica Venezolano-Colombiana (Cavecol), Luis Alberto Russián, .
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De acuerdo a cifras de Cavecol, en el primer trimestre de este año las exportaciones de Venezuela hacia Colombia se han reducido en 58%, mientras que las importaciones colombianas a Venezuela bajaron 3%.
Luego de una reunión el martes con Uribe, Chávez pidió públicamente a los dirigentes de las FARC que depongan temporalmente las armas como un gesto de buena voluntad.
"Creo que es justo que las FARC tomen nota de esto. Venezuela está lista para, a pesar de los pesares, ayudar en ese esfuerzo que creemos necesario de búsqueda de la paz", dijo el mandatario venezolano.
"El presidente Uribe ha aportado ideas que pueden marcar una ruta hacia la paz", agregó.
"No soy un aliado de las FARC, y yo no apoyo a las FARC, pero yo no soy un enemigo de las FARC", indicó Chávez al destacar que tenía autoridad moral para apoyar el pedido de Uribe.
El gobernante colombiano dijo a comienzos de abril que sólo acudiría a una eventual negociación de paz con las FARC si éstas cesaban sus acciones armadas por algún tiempo, como muestra de su voluntad de dialogar.
Funcionarios estadounidenses repetidamente han dicho que las FARC usan el territorio venezolano para refugiarse, para tratar sus heridas, reagruparse, rearmarse y exportar cocaína. En septiembre, Washington acusó a tres oficiales del círculo íntimo de seguridad de Chávez de ayudar a las FARC con el suministro de armas y prestar asistencia en el tráfico de drogas.