El presidente de la República, Rafael Correa, sí conocía a Marck Sullivan, primer secretario de la Embajada de los Estados Unidos, quien fue expulsado del país el 18 de febrero (por intromisión en asuntos internos y lo declaró persona no grata), e incluso se reunió con él.
Es lo que afirma Manuel Silva, ex jefe de la Unidad de Investigaciones Especiales de la Policía (UIES), en una carta que hizo pública el viernes pasado, en la que detalla la actuación de este organismo antes, durante y después del bombardeo de Angostura del 1 de marzo del año pasado.
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Silva detalla que en enero del 2008, él, Marck Sullivan y los capitanes de policía Rommy Vallejo y Santiago Mena acudieron al Palacio de Carondelet en horas de la tarde para dialogar con el Primer Mandatario y explicarle cómo funcionaba la UIES y el apoyo que recibía de los Estados Unidos.
“Pero por pedido de Vallejo, solo ingresaron él y el señor Sullivan, y le explicó al Presidente quién era, a qué organismo representaba y cómo trabajaban, indicando el mandatario que agradecía el apoyo y que por favor sigan con lo mismo”.
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E incluso, asegura Silva en su carta, el Mandatario dispuso que Vallejo coordine los contactos de Sullivan con la canciller de ese entonces, María Isabel Salvador, y con Ricardo Patiño, lo que no se concretó.
De esa manera Silva descarta que el Presidente no haya conocido las actividades que realizaba Sullivan con la UIES a propósito de sus cuestionamientos sobre la cooperación bilateral y la expulsión del funcionario del país.
Sullivan exigía que los policías que iban a reemplazar a los cuatro miembros de la UIES que fueron reubicados en otras unidades pasaran por el polígrafo. Según fuentes de la UIES, este era uno de los requisitos para el ingreso a la Unidad y Sullivan debía dar el visto bueno, debido a la cooperación estadounidense que recibían.
Silva destaca además en su carta que diez miembros de la Unidad recibieron de Rafael Correa una condecoración en agosto del 2007. “El Presidente me dijo: Mayor, le agradezco por su trabajo y sé quiénes son, sigan adelante por el bien de nuestro país”.
Desafío a Chauvin
Asimismo, el ex jefe de la UIES reta en su carta a José Ignacio Chauvin, ex asesor del Ministerio de Seguridad, a que pruebe que él es miembro de la CIA. “¿Acaso yo le obligué a reunirse con Raúl Reyes (ex líder de la guerrilla de las FARC muerto en Angostura), yo le obligué a portar el chaleco de la Aldhu, yo le obligué a que se reúna con los hermanos Ostaiza (quienes liderarían una red internacional de narcotraficantes) en forma clandestina y secreta?
Maca, Pelos o Alicia
Además insiste en sus preguntas: “¿Acaso yo obligué a que la esposa del señor Chauvin, Catalina Campos, y la señora María Augusta Calle (ex asambleísta de PAIS), conocida como Maca, Pelos o Alicia, hayan gestionado todo para que en Quito se lleve a efecto el Congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana, conocida internacionalmente como el brazo político de las FARC o hice el montaje para que Raúl Reyes envíe un saludo a todos los asistentes?”.
Silva también llama la atención del presidente Correa. “Cómo es posible que usted pida perdón a este señor Chauvin y a su esposa, después de ser amigos de asesinos de ecuatorianos de valor o eso también le escondieron y mintieron sus hombres de confianza”, señala el ex jefe de la Unidad al referirse a un hecho ocurrido en 1993, cuando las FARC asesinaron a siete policías y cuatro militares ecuatorianos en el río Putumayo. “Fueron las FARC, de las que usted, señor Chauvin, se jacta de ser amigo”.