A un año del ataque colombiano a las FARC, en Ecuador, en la frontera persiste la tensión.
Problemas de transporte aéreo, falta de radares y fallas en el sistema de inteligencia que llevaron a confiar en informes foráneos provocaron que las tropas ecuatorianas lleguen 17 horas después al sitio de la incursión colombiana en Angostura.
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Hoy, un año después, los jefes militares afirman que están en mediana capacidad de actuar frente a una amenaza similar. En el sitio del ataque aún hay algunos restos; los uniformados señalan que es una zona de riesgo.
‘Raúl Reyes’ vive aún en zonas de la frontera con Colombia
El hombre de barba blanca ríe. Es colombiano, tiene 65 años, lentes y una mirada profunda. Es 18 de febrero del 2009 y el campesino revuelve los restos que aún quedan del campamento de las FARC bombardeado el 1 de marzo del 2008 en Angostura, al noreste de Sucumbíos, en la frontera con Colombia. Arturo Gómez –es su nombre de pila– levanta unos uniformes camuflados semiquemados, rezagos del ataque colombiano a aquel campamento guerrillero ilegal.
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Se ríe porque dice haberse salvado, pues sus conocidos lo llaman Raúl Reyes, por su excesivo parecido físico con el segundo jefe de la guerrilla colombiana, quien murió en ese lugar junto a 20 de sus hombres, al ecuatoriano Franklin Aisalla, supuesto allegado al grupo, y tres estudiantes mexicanos. “Solo me falta el Rólex de oro”, bromea.
Gómez reside en El Palmar, localidad ecuatoriana de 300 personas, formada en su mayoría por colombianos, a orillas del fronterizo río Putumayo y a unos 3 km en línea recta del campamento de Angostura.
A las 00:25 del 1 de marzo aparecieron dos aviones Súper Tucano y empezaron a vomitar bombas con precisión milimétrica. Uno tras otro se escucharon los diez estruendos. Las aeronaves habían despegado desde Tres Esquinas, en el Caquetá colombiano. Hoy, los cráteres siguen casi intactos; también se divisa, entre la maleza, restos de uniformes, medicinas, escombros. Ahí se revive la imagen de los cuerpos despedazados. Ya no están los fusiles de verdad, ni los de práctica, granadas, parabólicas, teléfonos satelitales y otras comodidades.
La orden del bombardeo la había dado el presidente colombiano Álvaro Uribe, pese a que conocía –según posteriores reportes de medios de su país– que la base guerrillera estaba en suelo ecuatoriano, a 2.400 m del río Putumayo. Días después ofreció disculpas a Ecuador ante la Organización de Estados Americanos (OEA), pero la ruptura de relaciones diplomáticas se dio y persiste hasta ahora.
Las explosiones retumbaron en El Palmar
Estremecieron a Juan Triviño Caviedes y sus siete familiares colombianos de una finca colindante al campamento. En la zona adyacente, los lugareños vieron los hongos de humo. Mas, los radares ecuatorianos, instalados en Lago Agrio por denuncias anteriores de supuestas violaciones aéreas del territorio, no detectaron nada. Estaban apagados.
A las 03:00, un pelotón denominado Jungla, integrado por fuerzas especiales del Ejército y la Policía de Colombia, que había desembarcado a orillas del río, llegó al sitio atacado y se enfrentó, con ayuda de helicópteros artillados, a los guerrilleros que se salvaron y pretendían llevarse el cuerpo de Reyes.
Se llevaron a quienes creían líderes
La patrulla, al amanecer, evacuó el cuerpo de Reyes y de Aisalla, a quien confundieron con un líder rebelde; y, aseguran reportes oficiales, tomó la computadora del entonces número dos de las FARC, que presuntamente soportó el bombardeo. Atendió a dos de las tres mujeres heridas, únicas sobrevivientes (Lucía Morett, mexicana; Martha Pérez y Doris Bohórquez, colombianas de la guerrilla). Recién a las 16:00 dejaron el lugar, pero se escondieron en la selva para, por la noche, retornar a su país.
El general Fabián Narváez, comandante de la Fuerza de Tarea I, a cargo de la vigilancia en la frontera norte, afirma que actualmente las Fuerzas Armadas están en una “mediana capacidad” para detectar un ataque así. Además, se espera la llegada de nuevos radares y lanchas.
La presencia de Reyes y su base en Ecuador deja una serie de contradicciones y preguntas sin responder. Hay un juicio suspendido, por delito contra la seguridad del Estado y dos indagaciones previas, una para investigar si el ex ministro de Seguridad Interna y Externa, Gustavo Larrea, y el ex subsecretario José Ignacio Chauvin sabían de las instalaciones. Chauvin ha admitido haberse reunido siete veces con Reyes, una de estas a tres días del ataque.
29-02-08, 23:40
El presidente colombiano Álvaro Uribe da la orden de que sus fuerzas militares incursionen en Ecuador para atacar a las FARC. A las 00:25 del siguiente día se inicia el bombardeo al campamento de Angostura.