Convertirse en estrella de rock, sacudir la cabeza a medida que fluyen las notas musicales y hacer malabares con su guitarra colgada al cuello ha sido el sueño frustrado de Michael López, de 23 años, quien durante cinco ha intentado –sin suerte– integrar una banda. Su aspiración ha quedado en segundo plano, dice, con el videojuego Guitar Hero, que le permite exponer sus dotes de músico.