Científicos discuten si el calentamiento global o ciclos climáticos naturales fortalecen a ciclones. 

Las tormentas tropicales más poderosas se están volviendo aún más fuertes a medida que los océanos del planeta se calientan, según científicos.

Análisis de información satelital muestran que en los últimos 25 años fuertes tormentas, huracanes y tifones se han vuelto más frecuentes en la mayoría de los trópicos, dijeron esta semana varios expertos a la revista Nature.

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Actualmente, Haití, en apenas diez días, ha sufrido  los embates de dos tormentas: Gustav y Hanna,  que dejaron centenares de  muertos y se prepara para recibir al huracán Ike en los próximos días y posiblemente a la tormenta Josephine la próxima semana. Además, hace quince días, la tormenta Fay provocó al menos 50 muertes.

La suma de estas tormentas y huracanes tienen a miles de haitianos atrapados en sus aisladas poblaciones y se calcula que más de 650.000 personas, muchos de ellos niños, sufren la falta de agua o comida.

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Se teme que se repita lo que ocurrió en la temporada 2005, en el Atlántico, que produjo 28 tormentas tropicales que originaron 14 huracanes, cuatro de ellos de categoría 5, máxima en la escala Saffir-Simpson.

Para explicar este aumento en frecuencia e intensidad de los huracanes, los científicos concuerdan en que se debe al aumento de la temperatura oceánica, pero discrepan si son periodos cíclicos climáticos naturales o resultado del calentamiento global por actividad humana, como la  quema de combustibles fósiles.

James Elsner, de la Universidad Estatal de la Florida, afirma que a mayor temperatura oceánica más potente es el efecto destructor, pero solo en las tormentas más fuertes, con vientos de 215 km/h (categoría 4).

Archim Steiner, jefe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), dijo el pasado lunes que las características de los actuales huracanes del Atlántico fueron descritas y pronosticadas por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), entidad que ganó, junto con Al Gore, el Nobel por su defensa del medio ambiente.

Pero científicos de la Administración Nacional Oceánica y  Atmosférica de EE.UU.  (NOAA) opinan que la alta actividad de huracanes desde hace 30 años en el Atlántico se debe al aumento de 0,3ºC como parte de un ciclo natural de varias décadas, que se alterna con ciclos de fases frías, que dependen no solo del agua oceánica caliente sino también de los vientos atmosféricos, los patrones  de presión y la influencia de corrientes marinas como las de El Niño, como señaló el director de la NOAA, Conrad  Lautenbacher.

Pero Kerry Emanuel y Michael Mann, del Instituto Tecnológico de Massachusetts  (MIT) y de la Universidad Estatal de Pennsylvania (PS), explicaron a Nature que no hay  pruebas de estos ciclos naturales y lo que existe es un calentamiento oceánico general “enmascarado” durante décadas por aerosoles contaminantes en la baja atmósfera que reflejaban la luz del Sol. Pero como la contaminación con aerosoles está disminuyendo desde los años ochenta por leyes más estrictas en Europa y Norteamérica y sus efectos están desapareciendo al tiempo que otros contaminantes siguen calentando el océano, propiciando el desarrollo de tormentas.

Incluso, científicos creen que debido al calentamiento global ocurrirán huracanes en lugares donde no existían, como en mayo del 2004 cuando un ciclón en el estado de Santa Catarina, sur de Brasil, con vientos de 140 km/h  mató a 3 personas.

A su vez, Li Moxuan, experta en cambio climático de Greenpeace, asegura que por el calentamiento global, en China, son cada vez más violentos los tifones en el Pacífico, similares a los huracanes del Atlántico.

Incluso en años recientes Beijing fue amenazada por primera vez por un tifón que se detuvo en la provincia de Shandong, otra zona raramente afectada por estos fenómenos.

Katrina 
El 29 de agosto del 2005, Katrina devastó el sur de Estados Unidos, particularmente la ciudad de Nueva Orleans, dejando 1.500 muertos y pérdidas por unos 100.000 millones de dólares.

Mitch 
Del 26 al 31 de octubre de 1998 el huracán Mitch, el peor del siglo en Centroamérica y el Caribe, acabó con la vida de más de 10.0000 personas y 12.000 fueron dadas por desaparecidas. Además, quedaron unos 3 millones de damnificados en Honduras,  Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Panamá, Costa Rica y Belice.

Andrews 
Del 23 al 26 agosto de 1992 azotó Bahamas, Florida y Luisiana (EE.UU.). Dejó 44 muertos y más de $ 30.000 millones en daños en EE.UU.

Jeanne 
17 septiembre 2004. Tormenta tropical que dejó al menos 1.330 muertos y 1.056 desaparecidos en Haití, 6 muertos en Florida y 22 en la República Dominicana, además más de mil heridos y 250.000 damnificados.

Sin nombre  
En 1780 en Martinica, San Eustaquio y Barbados, dejó 22.000 muertos. Otro en 1900, en Galveston, Texas, EE.UU. dejó 8.000 muertos.