En año y medio de gobierno se han abierto numerosos frentes de conflicto internos y externos.
Confrontado con ex compañeros de la revolución sandinista y con gobiernos de otros países y retomando su lenguaje confrontativo y revolucionario de los ochenta, tras pasar por un periodo de “izquierda light” en los noventa, Daniel Ortega volvió a ser protagonista de la política latinoamericana.
Luego del triunfo de la revolución sandinista que derrocó a Anastasio Somoza, Ortega gobernó a Nicaragua entre 1979-1984 y 1984-1990, pero fue derrotado por una coalición liderada por Violeta Barrios de Chamorro. En 1996 perdió ante Enrique Bolaños y en el 2001, ante Arnoldo Alemán.
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En la campaña de ese año, Ortega y el FSLN mostraron una imagen moderada, alejados de la ideología izquierdista revolucionaria de los ochenta, haciéndose llamar “el partido del amor” y promoviendo mejorar las relaciones con EE.UU.
Tras retomar el poder el año pasado, esta vez, democráticamente, Ortega encuentra otro escenario en latinoamérica, con gobiernos de diversa tendencia izquierdista, entre los que destaca su mayor aliado, el mandatario venezolano Hugo Chávez, con la excepción de Colombia y su presidente Álvaro Uribe, con quien mantiene roces verbales y diplomáticos.
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Ortega acusó la semana pasada a Uribe de “pretender asesinar” a las colombianas Martha Pérez y Doris Torres y a la mexicana Lucía Moret, presuntas guerrilleras que sobrevivieron al ataque de un campamento de las FARC en Ecuador, el 1 de marzo pasado y asiladas en Nicaragua. Uribe acusó a Ortega ante la Organización de Estados Americanos (OEA) por “hacer apología del terrorismo”.
También atacó al embajador de EE.UU., Paul Trivelli, a quien le negó una condecoración que se impone a los diplomáticos extranjeros cuando concluyen sus misiones en el país.
El sábado pasado llamó “descarados” y “moscas que se paran... sobre la inmundicia”, a los países e instituciones internacionales que ayudan a su nación, entre ellos la Unión Europea (UE), Banco Mundial (BM) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que protestaron por inhabilitar el disidente Movimiento de Renovación Sandinista (MRS-izquierda) y al Partido Conservador (derecha).
En protesta, Dora María Téllez, ex guerrillera y ex ministra de Salud de la revolución sandinista, estuvo trece días en huelga de hambre, acción que respaldaron los escritores uruguayos Eduardo Galeano y Mario Benedetti, el chileno Ariel Dorfman, el argentino Juan Gelman y el activista político Noam Chomsky, entre otros.
Ortega también mantiene disputas con Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy, íconos de la revolución sandinista y cantautores de temas como La consigna, Quincho Barrilete, Son tus perjúmenes mujer, El Cristo de Palancaguina y otros cientos más, épicos y testimoniales sobre la revolución sandinista que derrocó con las armas a la dictadura de Anastasio Somoza el 19 de julio de 1979, que exigen al gobernante partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) no usar sus canciones en actos proselitistas.
Contradictoriamente y en forma paralela al alejamiento de antiguos compañeros de lucha, Ortega se acercó a la Iglesia Católica, antes acérrima opositora, a la que pidió perdón y junto con la cual impulsó una polémica ley que prohíbe todo tipo de aborto, incluso el terapéutico permitido desde finales del siglo XIX y que sobrevivió a la dinastía Somoza.
Además, su triunfo electoral se debió no solo al voto sandinista, pues recibió el apoyo del derechista Partido Liberal Nacionalista (PNL) de Somoza.
Radio
El hijo mayor, Rafael Ortega Murillo, está al frente de al menos cuatro emisoras vinculadas al sandinismo, entre ellas La Nueva Radio Ya, Radio Sandino y Viva FM, según diario La Prensa.
Televisión
En octubre del 2006, los otros tres hijos de Daniel Ortega: Edmundo, Juan y Tino, controlan varias áreas del canal 4 de televisión del Frente Sandinista de Liberaciòn Nacional .
Su esposa
Daniel Ortega nombró a su esposa, Rosario Murillo, jefa del Gobierno Social, gracias a un decreto que le permite coordinar los programas sociales de educación, salud, crédito y vivienda.
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El gobierno concentra el 80% de $ 5,85 millones de publicidad estatal en el canal 4 de televisión de la familia Ortega Murillo, informó la empresa Media Gurú, en el semanario Confidencial.