Pistoleros chiíes de Hezbolá arrebataron este viernes el control de varios sectores de Beirut a sus rivales suníes partidarios del gobierno, en una espectacular demostración de fuerza que seguramente fortalecerá la posición de aquel grupo aliado de Irán en la puja por el dominio político en el Líbano.
 
Un aliado de Hezbolá dijo que el grupo se proponía replegarse, al menos parcialmente, de las zonas que sus combatientes ocuparon la noche del jueves y la mañana del viernes, en un indicio de que Hezbolá no parece interesado en imponer un control permanente sobre los sectores musulmanes suníes de Beirut, tal como ocurrió en Gaza cuando Hamas se adueñó del poder hace un año.
 
Los enfrentamientos amainaron este viernes por la noche mientras los soldados del ejército libanés entraban pacíficamente en algunas zonas donde los pistoleros de Jezbolá tenían presencia.
 
Pero mientras los combatientes celebraban en las calles vacías de la capital, estaba en claro que la demostración de fuerza tendrá amplias repercusiones para el Líbano y todo el Oriente Medio.
 
El Ejército libanés se mantuvo mayormente al margen mientras los milicianos chiíes desplazaban a sus oponentes y ocupaban barrios del sector musulmán el viernes temprano.
 
En determinado momento, los soldados no intervinieron mientras los milicianos incendiaban el edificio del diario de su principal rival suní, y sólo actuaron para evacuar a la gente y después permitir que los bomberos apagaran las llamas.
 
El ejército ha prometido mantener la paz pero no tomar partido en la prolongada puja política que enfrenta a los chiíes de Hezbolá y un puñado de aliados, incluyendo algunos grupos cristianos, contra el gobierno libanés respaldado por Estados Unidos, que incluye cristianos y musulmanes suníes.
 
Por lo menos hubo 11 muertos y 20 heridos en tres días de choques callejeros y tiroteos, dijeron funcionarios de seguridad, tras los peores enfrentamientos sectarios desde la sangrienta guerra civil de 15 años.
 
El dominio de Hezbolá, apoyado por Irán y Siria, es un golpe para la política estadounidense ya que el presidente George W. Bush ha apoyado enérgicamente al gobierno libanés.