Los seis mil habitantes de la isla de Limones, cabecera cantonal de Eloy Alfaro, no tienen posibilidades inmediatas de ser evacuados hacia el continente en caso de presentarse una alerta por un fenómeno natural.

La única herramienta destinada para este propósito, la gabarra Isla Puná, de propiedad del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) y  que está bajo el cuidado y operación del Municipio de Eloy Alfaro, en la zona norte de Esmeraldas, se encuentra fuera de servicio  desde hace siete meses.

La Capitanía del Puerto de este cantón le negó el permiso de operación por las malas condiciones mecánicas y de seguridad en que se encuentra.

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La gabarra, con una capacidad para transportar hasta ocho toneladas de peso, fue entregada en comodato por el MTOP al Municipio de este cantón hace diez años y no había recibido mantenimiento.

El estado de abandono provocó fisuras en el casco a causa del  óxido y el equipo de máquinas de la embarcación está prácticamente al borde del colapso.

Además, las condiciones físicas y mecánicas de la embarcación representan un peligro para la navegación y seguridad de sus tripulantes, por lo que la Capitanía del Puerto le suspendió el permiso de operación.

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Los problemas laborales que mantienen prácticamente paralizado al Municipio y que ocasionaron que su alcalde, Richard Mina, abandonara Limones, más conocida como Valdez, para radicarse en Borbón, impiden que la gabarra reciba mantenimiento.

A inicios de abril pasado, el Cabildo destinó $ 40.000 para trabajos de emergencia en el casco de la embarcación, que permitan obtener una autorización de la Capitanía del Puerto para ser movilizada a Guayaquil para efectuarle el resto de reparaciones.

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Para ello se requiere que el MTOP invierta $ 200.000, ya que los dos motores Detroit, de 2.600 caballos de fuerza cada uno, al momento están deteriorados y necesitan un mantenimiento integral.

Según el alcalde Mina, no es culpa de su administración que la gabarra haya llegado a esa etapa crítica, a tal punto que se teme que en cualquier momento se hunda. “Han estado dos alcaldes antes de mí y ahora que se quiere rehabilitarla las cuentas del Cabildo están embargadas por orden del inspector del Trabajo de Esmeraldas, Duval Guisamano”, dijo.