Italia vive este viernes una huelga nacional que afecta a todos los medios de transporte por primera vez en 25 años, y que era seguida de forma masiva por los empleados que protestan contra la falta de recursos en el presupuesto 2008 del sector.
  
Casi ningún autobús, tren o metro estaba en circulación, los barcos  permanecían atados a los muelles y más de 350 vuelos fueron anulados en Roma y Milán a raíz de la huelga.
  
Hasta los empleados de las empresas funerarias, de los servicios de rescate y de socorro vehicular en las autopistas participaban en el movimiento.
  
A media jornada, cerca de 80% de los empleados habían respondido al llamado lanzado por las principales confederaciones sindicales del país.
  
En Roma, más de 160 vuelos, algunos de ellos conexiones internacionales, fueron anulados a la partida o a la llegada del aeropuerto de Roma-Fiumicino.
  
En el aeropuerto de Milán-Malpensa, 76 vuelos de partida y 75 de arribo fueron anulados, mientras que 27 vuelos que partían del aeropuerto de Linate y otros tantos que llegaban también fueron suprimidos.
  
En total, 14 sectores de transporte estaban paralizados, según horarios que varían en función del tipo de transporte o de las ciudades, lo cual permitía asegurar al menos un servicio mínimo en las horas de mayor movimiento.
  
La huelga creaba fuertes perturbaciones en las rutas, al obligar a los  italianos a utilizar sus coches para llegar al trabajo.
  
Los sindicatos estiman que los recursos previstos para los transportes en el presupuesto 2008, que debe ser votado antes de fin de año, no son suficientes, y reclaman una mayor participación del Estado en las crisis que afectan a la aerolínea Alitalia y a la compañía nacional de ferrocarriles.
  
Alitalia, que el Estado quiere vender, perdió 626 millones de euros el año pasado y otros 211 millones de euros en el primer semestre de 2007.